Dios en El TiempoMuestra

Hoy quiero hablarte de algo que descubrí la semana pasada mientras explorábamos la presencia de Dios en el Antiguo Testamento. Fue interesante darme cuenta de que no hay diferencia en Su carácter entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Ambos revelan un Dios constante, ¿no crees?

Estuvimos hablando sobre las reglas de supervivencia, sobre cómo todos los cristianos compartimos algo esencial: somos salvos por gracia, gracias a la muerte y resurrección de Cristo. Es increíble pensar que nuestra fe en la resurrección y nuestra aceptación de Jesús como Señor son fundamentales para nuestra salvación. Pero, ¿qué pasa si aún no eres cristiano? ¿Te has preguntado sobre eso?

Hoy quiero centrarme en una verdad que creo que puede transformar tu perspectiva. El versículo base que quiero compartir contigo es Romanos 5:17. Escucha esto: "Pues el pecado de un solo hombre, Adán, hizo que la muerte reinara sobre muchos; pero aún más grande es la gracia maravillosa de Dios y el regalo de su justicia, porque todos los que lo reciben vivirán en victoria sobre el pecado y la muerte por medio de un solo hombre, Jesucristo".

¿Te das cuenta de la magnitud de esta verdad? El Nuevo Pacto es la promesa de que Dios perdonará nuestros pecados y restaurará la comunión con Él. Jesús es el cumplimiento de un pacto y el inicio de otro. Es como si Él fuera la clave que une el amor de Dios del Antiguo Pacto con el amor eterno de Dios del Nuevo Pacto.

Ahora, quiero que pienses en tu vida diaria. ¿Cómo impacta en tu rutina saber que el Nuevo Pacto es la promesa de restauración y perdón? ¿Cómo cambia tu perspectiva sobre la salvación al entender que Jesús es el eslabón que une ambos pactos? Y, sobre todo, ¿en qué áreas de tu vida necesitas recordar que Jesús es la clave de tu salvación?

Antes de que te vayas, déjame una pregunta que quiero que reflexiones: ¿Eres salvo? ¿Te consideras parte de este nuevo pacto? Piensa en Romanos 10:9-13, donde nos dice que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvo.

Recuerda siempre que Jesús es la clave que une el amor de Dios del Antiguo Pacto con el amor eterno de Dios del Nuevo Pacto. ¡Hasta la próxima vez!