¡Todo el mundo tiene que saberlo!

Qué extraordinario que Dios elija a un grupo de pastores para que tengan un encuentro con un ángel que les dice que ha nacido el Salvador. Que les envíe un grupo de ángeles que alaban y honran a Dios ante sus ojos. Que Dios elija a estos pastores para que sean de los primeros en honrar a Su Hijo.

Los pastores se encuentran con Jesús recién nacido.

Antes de ese encuentro, ocurre algo especial. Es una historia, por supuesto, pero muestra algo especial.

De hecho, el pastor cojo hace algo que no podía hacer en absoluto: corre y corre, casi más deprisa de lo que lo pueden llevar sus piernas. La expectativa de que va a ver algo especial, a encontrarse con Alguien por quien ha esperado tanto tiempo, le da "alas". Aparentemente le da la fuerza y el valor para ir con confianza. Recibe la curación incluso antes de conocer realmente a Jesús.

Este pastor cojo fue excluido por todos al principio y regañado por el fariseo. Es restaurado y se le permite abrazar a Jesús. Es una imagen extraordinaria: la alegría que irradia esta escena en este momento de encuentro.

Tras este encuentro, vemos a los pastores aún más emocionados de lo que ya estaban cuando se pusieron en camino hacia Belén. Jesús ha nacido. ¡Han conocido al Rey de reyes! ¡Todo el mundo necesita saberlo!

¿Lo transmites?

Reflexiona sobre las siguientes preguntas:

• ¿Quieres conocer a Jesús?
• A veces es difícil poner las palabras adecuadas a la grandeza de Jesús. En Isaías 9:5 leemos unas palabras maravillosas.
• ¿Se te ocurren más palabras que describen la grandeza de Jesús?
• ¿Has conocido al Rey de Reyes?
• ¿Le dices a "todo el mundo" que Jesús ha nacido? ¿Cómo lo haces?

Ora: "Oremos las palabras que gritaron los ángeles: 'Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra en los hombres bienaventurados'. Amén".