Devocional Del Día | MayoMuestra

La codicia

Salmo 73:2-4

Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad. Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás.

En la versión La Pasión lo expresa así:

Esta es mi historia: estuve a punto de perderlo todo. Estaba tropezándome con lo que veía hacer a los malvados. Porque cuando vi a los fanfarrones con tanta riqueza y prosperidad, me sentí celoso de su presumida seguridad. Permitiéndose lo que quisieran, yendo a donde quisieran, haciendo lo que quisieran, y sin preocupaciones en el mundo, sin dolor, sin problemas, parecían haberlo logrado. Vivían como si la vida nunca fuera a terminar.

Me encanta como lo expresa el salmista, de una manera sincera, sin ocultar nada, Dios conoce nuestro corazón y el que nosotros le expresemos lo vulnerables que podemos llegar a sentirnos, ello es bueno, porque es en la luz donde se ven nuestras imperfecciones, el pecado hay que exponerlo para que este se debilite y no siga creciendo.

Así que, si en este momento estás sintiendo envidia, enojo, molestia, súbelo en oración, y la paz que sobrepasa todo entendimiento te abrazará.

Medita: ¿Cómo está mi corazón?