Él No Te Ha OlvidadoMuestra

Querida amig@ la Biblia nos da valiosa información sobre santos o ministros del Señor que han enfrentado momentos criticos en su viaje de fe. Muchos, por no decir todos, fueron abrumados por el desanimo. Y muy pocos, pudieron explicar de donde vino su nube oscura, o cual fue la situacion que desencadenó sus momentos de agobio.

Ni siquiera el gran apóstol a los gentiles Pablo de Tarso, fue inmune a tales depresiones. El escribió a los Corintios: “...Hermanos, no queremos que desconozcan las aflicciones que sufrimos en la provincia de Asia. Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida:.” (2 Corin.1:8).

La palabra griega que Pablo usa por desesperación en este versículo se traduce como: “Estábamos tan agobiados bajo tanta presión que hasta perdimos la esperanza de salir con vida”. Él estaba diciendo, en resumen: “Ansiamos morir, porque no podíamos comprender lo que estábamos pasando. Estábamos presionados mas allá de nuestra resistencia".

Es difícil imaginar estas palabras saliendo de Pablo. ¿Quién confiaba en Dios mas que este apóstol temerario? ¿Quién ayuno y oro más que Pablo? ¿Quién tuvo tantas oraciones contestadas? Sin embargo, vino sobre Pablo una hora de desanimo tal como el nunca experimento.

¿Cuál era esta condición? Algunos comentaristas bíblicos creen que era una combinación de pruebas. Entre esta una profunda angustia mental, causada por personas que Pablo amo y que luego se volvieron contra suya. Estos amigos cercanos no solo abandonaron a Pablo sino que regaron mentiras acerca de él.

Ellos difamaron su nombre. Además, Pablo se deprimía por enfermedades violentas. El experimento naufragio en más de una ocasión. Y complots malignos eran planeados contra él, con la meta de quitarle la vida. Además de estas cosas, Pablo tenía ansiedad por el cuidado de muchas iglesias.

Esto parecería demasiado pesado para ser llevado por un hombre. Sin embargo, todo junto aun no puede explicar la profunda desesperación que Pablo sentía. Él escribió: “Caí en tal agonía, que no pensé que sobreviviría. Pensé que me iba a matar". Por supuesto que Pablo fue liberado, él salió victoriosamente, pero nunca olvido esa horrible hora de desesperación.

La verdad querido amig@ es que muchas personas, piadosas, santas y devotas, incluyendo a siervos del Señor, saben de lo que se trata el clamor de Asaf.

Ahora, lo importante y de paso lo que fortalece nuestra fe en estos momentos tan complejos para nuestra vida, es saber que, el consolador, el Espiritu Santo, pone en nuestro espiritu impresiones de paz y fortaleza, como la dulce voz de un padre amoroso que es capaz de calmar el llanto de un niño.

Los sonidos idecibles de Dios o los susurros del Espíritu Santo, finalmente apacientan nuestra agitada alma, y de paso, puede aplacar nuestros miedos, y acallar las constantes inquietudes de nuestra vida, hasta que pasen las horas ocuras de nuestras aflicciones (Juan 14:26).

¡Medita en esto!