Él No Te Ha OlvidadoMuestra
¿Has conocido alguna vez la depresión? ¿Alguna vez has estado tan preocupado y perplejo que has pasado noches sin dormir? ¿Tuviste tiempos cuando estabas tan bajo y molesto que nadie te podía consolar hasta el punto en que has creído que Dios se ha olvidado de ti como un padre que abandona a su hijo?
En este punto quisiera ser delicado y hasta respetuoso, al decirte que no me estoy refiriendo a personas que tienen algún desequilibrio hormonal, químico o enfermedad de salud mental. Sino más bien a creyentes que de vez en cuando luchan con tristezas repentinas, o sentimientos de baja autoestima que los azotan de la nada, y su condición desmejora casi hasta terminar en una depresión.
Provenientes o causados por situaciones de la vida que a veces los azotan porque llegan de forma repentina y de muchos frentes; que los abruma a tal nivel que no pueden ver más allá de su desesperación. Si esto te describe a ti querido amig@, entonces el Salmo 77 fue escrito para ti: "A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche. Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo (Vrs.1-2).
En este salmo Asaf, su autor, nos dejó plasmados sus sentimientos más profundos relacionados con su pena y su dolor. A pesar de que él era un Levita, es decir un siervo dedicado a ministrar en el templo del Señor. Y además de esto, era un adorador o cantante, para nosotros hoy, un ministro de alabanza. Asignado directamente por el Rey David para todos estos oficios.
Lo grandioso es describir que en el Salmo 77 Asaf nos deja para ti, y para mí, un camino para salir o más bien, una ruta para señalarnos la salida de nuestra tristeza y dolor. Asaf escribió este salmo luego de caer en el horrible hoyo de la desesperación. Su condición llegó a ser tan terrible que Asaf estaba más allá de permitirse ser consolado: “… Mi alma rehusaba el consuelo o me niego a recibir consuelo” (Vr2).
Este hombre piadoso estaba en tal desesperación, que nada que le dijeran lo podía sacar de su condición. Ni Asaf mismo podía pronunciar palabra: “… Me impides cerrar los ojos; tan turbado estoy que ni hablar puedo..” (77:4).
Pero, a pesar de su situación tan desesperante, Asaf no se apartó de la fuente de su fortaleza y consuelo, él mismo en medio de su angustia testifica..." A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche. Cuando estoy angustiado, recurro al Señor" (Verso 1 primera parte).
Tal vez en este punto querido amig@ quisieras considerar a Dios y por más apremiante que sea tu situación, aunque "aparentemente" no veas nada, no entiendas nada, y te sientas como si tu vida estuviera rodeada de confusión o adversidad; procura, al igual que Asaf buscar al Señor; porque Él asegura que "Sus ojos, los del Señor, están sobre los justos y atentos sus oídos al clamor de ellos"(Sal.34:15).
Algo interesante de descubrir es que el Rey David, era por decirlo de alguna manera el jefe directo de Asaf, y como gobernante también enfrentó momentos apremiantes en su vida y ministerio para el Señor. Pero, fue el mismo David quien dijo en el Salmo 34:4-6 : “Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores. Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias". Sin duda, Asaf había escuchado a David contar la fascinante historia de cómo él tuvo que huir a Aquis para alejarse de Saúl, y hacerse pasar por un loco en ese pueblo para poder conservar su vida.
Ahora, ten presente que Gat el rey de Aquis, era el enemigo de Israel. Te puedes imaginar semejante situación, tener que vivir con tu enemigo para conservar tu vida porque alguien de tu casa te quiere causar daño a toda costa. Sé que estamos hablando de Asaf y su Salmo 77; pero, por un momento, ponte en el lugar de David, un ungido, siervo, elegido del Señor, viviendo como un exiliado, te puedes imaginar lo bajo que se llegó a sentir, te puedes imaginar el papel de loco que tuvo que desempeñar durante todo ese tiempo para preservar su vida en medio de sus enemigos.
Pero el mismo David nos dice que en semejante situación de fracaso y frustración, clamó a Dios, buscó al Señor, y el Señor lo liberó.
Mi invitación con estas reflexiones querido amig@ es que al igual que Asaf y David, tú puedas también en medio de tu situación, elevar tu voz suplicante al Señor; clamar a Dios para que te escuche en medio de tu angustia o desesperación.
¡Medita en esto!
Con amor en cristo,
Pr. Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global
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Escrituras
Acerca de este Plan
¿Has conocido alguna vez la depresión? ¿Alguna vez has estado tan preocupado y perplejo que has pasado noches sin dormir? ¿Tuviste tiempos cuando estabas tan bajo y molesto que nadie te podía consolar hasta el punto que has creido que Dios se ha olvidado de ti como un padre que abandona a su hijo?
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://conectar.conociendoadios.net/