Triunfando en las PruebasMuestra

Recuerda y repite

Leer: 2 Pedro 1:12-15

EOAO: 2 Pedro 1:12

Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis y estéis afirmados en la verdad que habéis recibido

En el texto

La verdad es que somos personas olvidadizas. Olvidamos las promesas de Dios y olvidamos Su fidelidad. Por esta razón, necesitamos recordatorios constantes de los fundamentos de nuestra fe. La vida pasa rápidamente y a menudo perdemos de vista las preciosas promesas y las verdades fundamentales que alguna vez anclaron nuestra fe. Nuestra amnesia espiritual es muy parecida a perder un recuerdo preciado: entendemos su valor, pero no podemos recordar dónde lo colocamos.

Pedro entendió nuestro dilema. Por eso, en 2 Pedro 1:12, se comprometió a recordarnos siempre estas verdades, aunque ya las sepamos. ¿Por qué? Porque saber algo una vez no lo graba permanentemente en nuestros corazones. A medida que los días se convierten en años, incluso las verdades más preciadas pueden quedar eclipsadas por las distracciones de la vida y las mentes olvidadizas.

Dios sabía que nos costaría recordar y que seríamos propensos a olvidar, por eso nos dio el Espíritu Santo. Jesús, en Juan 14:26, dice que una de las responsabilidades del Espíritu Santo es enseñarnos todas las cosas y recordarnos todas las cosas. La tarea del Espíritu Santo no es sólo ayudarnos a comprender la Palabra de Dios, sino que también nos ayuda a recordarla. Es como releer una carta preciada. Cada vez descubrimos matices y afirmaciones que alientan nuestro corazón y nos fortalecen de adentro hacia afuera.

Ahora, imaginemos el impacto si no transmitimos estas verdades. Es un pensamiento aleccionador darse cuenta de que nuestra fe podría estar a sólo una generación de desvanecerse. Ahora querido amigo ¿tú y yo? Somos portadores de la antorcha. Llevamos la llama de la fe, iluminando el camino para las generaciones que vienen detrás de nosotros. Así que encendamos esa llama, transmitamos estas verdades y aseguremos que nuestros hijos y los suyos se mantengan firmes en su conocimiento de la Palabra de Dios.

Oración

Querido Señor Jesús, gracias por los recordatorios de Tu verdad y fidelidad. Fortalece mi corazón para conservarlos siempre y ayúdame a transmitirlos a las generaciones venideras. Que Tu Palabra sea luz para nuestros caminos, hoy y siempre. Amén.