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La Salvación: Un Antes y un DespuésMuestra

La Salvación: Un Antes y un Después

DÍA 1 DE 4

¿Cuál es el problema?

La Biblia identifica al pecado como nuestro principal problema y el más serio de todos. El pecado no es sólo una acción, está incrustado en nosotros, en nuestro ADN. Por ahí leí que “Nosotros NO somos pecadores porque pecamos. Al contrario, pecamos porque somos pecadores”. Por naturaleza nacemos para hacer el mal. ¡Qué fuerte! El mismo Pablo (apóstol, discípulo, fiel seguidor de Cristo) reconoció que tenía el pecado en su ser:

“La verdad es que no entiendo nada de lo que hago, pues en vez de hacer lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer. Pero, aunque hago lo que no quiero hacer, reconozco que la ley [de Dios] es buena. Así que no soy yo quien hace lo malo, sino el pecado que está dentro de mí. Yo sé que mis deseos egoístas no me permiten hacer lo bueno, pues, aunque quiero hacerlo, no puedo hacerlo. En vez de lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer. Pero si hago lo que no quiero hacer, en realidad no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está dentro de mí".

Porque somos pecadores pecamos en forma totalmente natural. La mayoría de las veces no nos damos cuenta cuando pecamos. Está en nuestro ser. Por eso es una falacia pensar que la solución debe venir de nuestro interior. ¡El problema está precisamente en nuestro interior! El mundo nos enseña: “Piensa positivo y todo saldrá bien”. “Confía en ti y todo saldrá bien. Puras falacias. La misma Palabra lo afirma:

“Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?”.

El mismo Juan nos enseña:

“No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre".

Somos egoístas, avaros y orgullosos por naturaleza. Mentimos desde muy pequeños. Nos dejamos llevar fácilmente por nuestros deseos sexuales. Robamos, estafamos, maldecimos a nuestro hermano e incluso matamos con mucha facilidad. ¿No me crees? ¿Piensas que exagero? Es cosa de ver las noticias y estudiar un poco la historia humana para darnos cuenta cómo la maldad del ser humano ha llevado al hombre a guerras, genocidios, persecuciones, e incluso, a la destrucción de nuestro propio planeta; nuestro único hogar. Tu podrías argumentar que eres buena persona, considerada, no mientes, no robas, etc. Sin embargo, el mismo Jesús se lo dijo al joven rico.

“¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios".

Es más, como el joven, podrías decir que conoces y cumples con la Ley y los Diez Mandamientos. Pero la verdad es que los Diez Mandamientos y la Ley no fueron dados para hacernos buenos, sino para mostrarnos lo malo que somos. Gracias a la Ley (el estándar de Dios) nos podemos dar cuenta cuán pecaminosos somos. La Biblia dice:

“Pues nadie llegará jamás a ser justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley sencillamente nos muestra lo pecadores que somos".

Nuestro estado pecaminoso se manifiesta en todo lo que hacemos. Hay maldad en el mundo porque existe el pecado en el corazón de cada persona. Cada problema que experimentamos en la sociedad de hoy apunta a que hemos rechazado vivir como Dios quiere. Como sociedad hemos elegido el camino ancho que lleva a la perdición y a la muerte. Necesitamos urgentemente que alguien nos salve de esta destrucción y muerte. Alguien que nos limpie y saque esta maldad que nos corroe. Dios nos ama y por esta razón envió a su hijo para salvarnos.

”Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna".

Dios entiende nuestro problema y sabe que no podemos hacer nada para resolverlo. Dios mismo envió a su hijo Jesucristo a la Tierra para que fuese un puente sobre el abismo del pecado que nos separa de Él.

Dios creó al hombre libre, pero este escogió darle la espalda.. Hoy, la gente continúa desobedeciendo; e incluso ignorándolo y viviendo a su manera. Juramos que lo estamos haciendo magistralmente. ¡Cuán equivocados estamos! Esta es la causa de la maldad y sufrimiento en el mundo y lo que a la larga llevará a muchos a la perdición.

Sólo Dios tiene la solución a este dilema. Jesucristo es la respuesta al problema de la separación entre el ser humano y Dios. Jesús es Dios hecho hombre. Vivió la única vida perfecta y al morir en la cruz, llevó sobre sí nuestro pecado y pagó sus consecuencias. Su muerte y resurrección nos abren de nuevo el camino a Dios.

Preguntas para Reflexionar

  • ¿Piensas que eres una persona buena? A la luz de lo que Jesús le dijo al joven rico, ¿sigues pensando que eres bueno?
  • ¿Tienes algún mal hábito que sabes que no te conviene y que te cuesta deshacerte de él? Algunos ejemplos: Alcohol, droga, adicción a las redes sociales, a la pornografía, mentiras, lenguaje soez.

Un abrazo y nos vemos en la siguiente lectura. Mil bendiciones para ti,
Alfonso

Día 2

Acerca de este Plan

La Salvación: Un Antes y un Después

La Biblia identifica al pecado como nuestro principal problema. El pecado no es sólo una acción, está en nuestro ADN. Somos egoístas, avaros y orgullosos por naturaleza. Dios nos conoce desde antes de haber nacido y por Su amor nos hizo el más grande regalo. En este plan vas a entender por qué el pecado es el verdadero problema y cuál fue la solución de Dios para nosotros.

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Nos gustaría agradecer a Alfonso Rinsche Casanova por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://whatsapp.com/channel/0029VaLYNkx2ER6kCcWmdX0T