Cómo Encontrar La Voluntad De Dios Parte 2Muestra

«Acércate más para ver»

El ejemplo de Moisés, nos da una vista interna al poder que viene de Dios cuando estamos haciendo su voluntad.

Cuando Moisés avanzó hacia la zarza que estaba ardiendo en el desierto, hizo varias cosas que lo llevaron a una mayor revelación de Dios. Primero, y muy sencillamente, prestó atención. Actualmente vivimos con miles de distracciones que nos atacan en el curso de todos los días. Es lamentable que las cosas significativas y la voz del Señor se pueden perder en el abrumador ataque de distracciones. El ritmo actual nos tienta a manejar lo urgente, no lo significativo.

Moisés estaba lo suficientemente consciente de sus alrededores y del Espíritu de Dios, como para reconocerlo.

Moisés estaba lo suficientemente al tanto de sus alrededores y del Espíritu de Dios, como para ver la zarza de una manera distinta: vio lo milagroso en lo mundano.

Llevemos a cabo un pequeño experimento: ¿qué crees que pasaría si escogieras un color en particular el día de hoy, digamos el verde, y decidieras prestar atención por medio de buscar ese color a lo largo del día? ¿No crees que notarías varias cosas que simplemente «resultarían» ser de ese color? Entre el pasto, los árboles, los letreros viales y las luces de tránsito, la vida se convertiría en una paleta de pintar por números con el verde como el color número uno. Inténtalo en la habitación en la que te encuentras o cuando vayas manejando; mira a tu alrededor y presta atención a cómo el color verde ilumina las cosas que no podías ver antes.

De la misma manera, imagínate cómo cambiaría tu vida si decidieras prestar atención a la presencia de Dios. ¿Qué tan consciente eres de las cosas espirituales? ¿Estás siempre pendiente de la mano del Señor en tu vida?

Con demasiada frecuencia, no tenemos presente las cosas que Dios pone en nuestro camino. No podemos distraernos con zarzas ardientes, porque estamos demasiado ocupados esperando el siguiente latte, mensaje de texto o diligencia que realizar. Con nuestros ojos puestos en el premio de la comodidad o la eficiencia, nos perdemos de las cosas más altas del reino. Divagamos. Pero, Moisés no. Él notó la zarza. Su mirada estaba fija. Teniendo la suficiente curiosidad como para abandonar temporalmente su agenda pastoril, decidió ir a investigar.

Se acercó para ver lo que había que ver.