Proyecto Evanggelio - Ríos de CalmaMuestra
Devocional: Deseos imposibles; bendiciones impensables
Efesios 3:20 TCB
“Y Aquel, el que es poderoso para hacer mucho más allá de lo que pedimos y pensamos, según el poder que obra eficazmente en nosotros”.
Hace unos días un amigo me decía: “¿sabes, Pako? Mi mamá solía pedirle a Dios que me ayudara a salir de mi adicción a las drogas. Dios no sólo me sacó de ahí, también me llamó al ministerio”.
Mi amigo proviene de una familia ministerial, así que asumo que su mamá alguna vez contempló la posibilidad de que su hijo fuese pastor a pesar de verle envuelto en drogas. De lo que no me encuentro tan seguro es que ella haya contemplado que su hijo sería llamado por Dios a pastorear a más de 2,500 kilómetros de distancia de su tierra natal. Sin duda alguna, Dios le concedió a la mamá de mi amigo mucho más de lo que pidió e incluso pensó.
Efesios 3:20 se ha convertido en uno de mis pasajes favoritos de la Biblia. Es básicamente el punto medio existente entre la propuesta doctrinal de los primeros tres capítulos y la exhortación que describe el comportamiento del pueblo de Dios en los capítulos cuatro al seis.
La tradición nos señala que Pablo está encarcelado y desde su prisión escribe a los cristianos que viven en la ciudad de Éfeso, un lugar donde dedicó cuando menos tres años de su ministerio para consolidar la obra en la región del Asia Menor. Intenta dejarles por escrito, una explicación sólida de la fe cristiana y sus implicaciones en la vida diaria a hombres y mujeres que considera hijos en la fe.
Fiel a su estilo, al finalizar la exposición de una idea profunda (que dicho sea de paso, es aquella en la que señala la inmensidad del amor de Dios, tal cual se señala en aquel corito infantil que repite una y otra vez que “el amor de Dios es maravilloso”), Pablo glorifica el nombre de Dios y al describirle menciona que:
“es poderoso, para hacer mucho más allá de lo que pedimos y pensamos según el gran poder que obra eficazmente…”
Es obvio ¿no? Al final de cuentas ¡Es Dios! ¡Claro que puede hacer mucho más! ¡Claro que tiene poder! Y, sin embargo, el apóstol Pablo no concluye su idea ahí, sino que la complementa con dos palabras: “…en nosotros”.
De repente nos volvemos conocedores de una nueva realidad; el poder de Dios actúa a través de su Iglesia. No significa que Él no pueda actuar sin la Iglesia o por otros medios, más bien nos presenta una nueva realidad: ha tenido a bien obrar en nosotros, de manera que no solo podamos recibir de gracia más allá de lo que pedimos y pensamos, sino que obrando Dios en nosotros, podremos ser de bendición a otros.
Tal vez no hemos prestado atención a este detalle; Dios obra de manera milagrosa, pero esa realidad no está peleada con el hecho de que obra a través de nuestras vidas. Dicho esto, podemos tener la confianza de que su respuesta está por encima de nuestra comprensión, pero también habremos de sentirnos desafiados a ser un medio de bendición para todo aquel que necesita conocer del amor sacrificial de Dios.
¿Recuerdas alguna petición que había en tu corazón que considerabas complicada de alcanzar y que Dios te otorgó? ¿Sigue sorprendiéndote tal respuesta? ¿Tu corazón sigue agradecido por ello?
¿Cuándo fue la última vez que permitiste que el poder de Dios obrara eficazmente en ti de manera que Él hiciera mucho más de lo imaginable? ¿Será que debemos cambiar nuestro enfoque para exponernos a más de estas situaciones?
Pako Domínguez González - México.
Acerca de este Plan
A través de lecturas bíblicas y reflexiones, nos sumergiremos en el estudio de la paciencia como un don del Fruto del Espíritu Santo que se desarrolla en la constante conexión con Dios. Descubriremos cómo cultivar una base sólida de paciencia en nuestras vidas cotidianas, utilizando ejemplos bíblicos y reflexiones personales. Exploraremos cómo podemos ejercer la paciencia en medio de desafíos, relaciones y tiempos de espera.
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Nos gustaría agradecer a Proyecto Euanggelio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://proyectoevanggelio.org/