El Precioso Regalo Del PerdónMuestra

¿Debería pedir a otros que me perdonen?

“Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mateo 5:23-24 NBLA).

El pecado es principalmente un problema entre Dios y el hombre. Pero si hemos hecho mal al prójimo, también debemos arreglarnos con esta persona, si es posible.

La historia de Zaqueo es un buen ejemplo de esto. Él era un jefe de cobradores de impuestos que se había vuelto muy rico y tenía fama de “pecador”. Pero este hombre creyó en Jesús y fue salvado; esto trajo un cambio radical en su vida. Dijo: “Señor, la mitad de mis bienes daré a los pobres, y si en algo he defraudado a alguien, se lo restituiré cuadruplicado” (Lucas 19:8 NBLA).

Una vez que la relación de Zaqueo con Dios se restauró, se dio cuenta que había hecho daño a sus conciudadanos, probablemente exigiéndoles impuestos en exceso. Quiso arreglar las cosas.

En Mateo 5, Jesús dice que no podemos adorar a Dios si estamos viviendo conscientemente en discordia con un “hermano” (es decir, alguien que conocemos, no necesariamente un integrante de la familia). Tenemos que reconciliarnos primero, luego regresar a ofrecer nuestra ofrenda al Señor. Esta reconciliación siempre involucrará una apología de todo corazón y, si es posible, la restauración del daño efectuado, como en el caso de Zaqueo.

¿Hay alguien que tenga algo contra ti por lo que debas disculparte?