Los Salmos Y Mis EmocionesMuestra
ESPERAR Y CONFIAR EN DIOS NO SON ACCIONES ESTÁTICAS, LA FE SE MUESTRA CUANDO CONTINUAMOS HACIENDO SU VOLUNTAD.
Durante mucho tiempo hice la interpretación incorrecta del versículo de 2 Crónicas 20:17, sobre todo cuando se trataba de manejar mis emociones. El versículo dice: «No necesitan pelear en esta batalla; tomen sus puestos y estén quietos, y vean la salvación del Señor con ustedes». Me explicaron que yo no debía hacer nada, sino esperar a que Dios respondiera mis peticiones. Mi corazón esperaba esa respuesta para entonces, y solo entonces, dejar de estar enojada, de ser respondona, y justificar mi mal humor y tristeza. Sin embargo, entendí que esa no es la manera del Señor. Él sí ha escuchado nuestras súplicas y está obrando.
Cuando estamos a la espera de una respuesta de Dios, necesitamos seguir obrando en fe con lo que nos compete cada día. Mostramos fe al dejar el asunto en Sus manos y, al mismo tiempo, al seguir perseverando en obediencia a lo que debemos hacer en nuestras actividades diarias y pidiéndole que nos ayude con el enojo o la emoción que estemos experimentando. No nos quedamos esperando a que mágicamente suceda, sino que, intencionalmente, nos despojamos de las palabras que la emoción trae y nos arrepentimos de las acciones con las que respondimos a causa del enojo, frustración, o lo que sea que hayamos sentido, pues Dios dice que esto no obra para Su justicia (Stg 1:20)
Si no estás habituada a hacerlo, no te preocupes si no lo logras en el primer intento, persevera. Sigue este patrón que los Salmos te han enseñado y se han enseñado a miles de cristianos a lo largo de la historia. Nuestras emociones fueron dadas por Dios, pero el pecado las corrompió porque no trabajan solas, se acompañan de lo que piensas, meditas, ves, escuchas e interpretas. Porque Dios te ha dado las emociones, Él te ha dado la Palabra para comprender qué lugar tienen junto a tus pensamientos, no es casualidad que sea la mente la que Dios nos pide renovar. Las emociones nos pueden llevar a experimentar la presencia de Dios de maneras hermosas, a escuchar el susurro del Espíritu Santo al corregirnos y guiarnos, a sentir hastío por nuestros pecados, y a celebrar las victorias de Dios en nuestras vidas. Las emociones y pensamientos, motivaciones y deseos deben adorar a Dios, en esto perseveramos.
- Aprende: ¿Cómo puedes perseverar con tus emociones?
- Vive: Lee Salmos 119:9-16. ¿Qué dice el salmista acerca de la importancia de la Palabra? ¿Cómo te ayuda a perseverar el meditar en ella? ¿Qué emociones identificas? Haz un resumen de lo que aprendiste en el devocional y luego ora agradeciendo a Dios por Su bondad.
- Lidera: Reúne a tus amigas, escriban juntas sobre las emociones con las que más luchan. Busquen en la Palabra qué dice sobre ellas y terminen orando juntas.
Oración
Amado Padre, gracias por seguirnos enseñando y haciéndonos crecer en tu verdad. Gracias porque podemos llevar nuestras emociones y pensamientos a ti. Gracias porque sabemos que nos escuchas. Ayúdanos a perseverar en traer nuestras emociones a ti para ser transformadas. Amén.
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Escrituras
Acerca de este Plan
Los Salmos son un despliegue de emociones llevadas a Dios en todo tipo de situaciones, por eso los estudiamos.
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