Marcado, Transformado Por La PalabraMuestra

«Gracias por compartir ese versículo conmigo»

Estaba sorprendida y totalmente sin preparación para enseñar una lección, o era lo que yo pensé. Después de la sorpresa inicial, pregunté qué versículo tenía planeando enseñar. Ella había estado enseñando el libro de 1 Pedro, para mi sorpresa, el versículo que me dio para enseñar fue uno que había atesorado en mi corazón: 1 Pedro 2:9. 

Acepté enseñar y ya que era tan tarde, ore pidiendo al Señor que me diera la lección para enseñar en la mañana, y me acosté a dormir. El Señor me levantó con un bosquejo basado en la escritura y me recordó otros versículos memorizados que sustentaban cada punto. Tenía un bosquejo y un borrador para la hora de la clase esa mañana. Esa escritura había marcado mi vida muchos años atrás, preparándome para el día en que fui llamada a enseñar una lección, sobre como Dios marca nuestras vidas como elegidos, reyes y de su propiedad.  No había olvidado como me eligió, para declarar sus bondades.

En el libro de Waylon Moore, «Viviendo la Palabra de Dios», Moore narra cómo la vida de la señorita Jones, una misionera en China, fue dramáticamente impactada por un versículo de la escritura, que su amigo Dawson Trotman, le había dado. 

Dawson Trotman escoltó a la señorita Jones al barco que la llevaría al campo misionero. Oró por ella y compartió una escritura con ella. Al poco tiempo de arribar a China, comenzó una guerra civil y los comunistas tomaron el gobierno. Esto trajo una gran persecución para todos los cristianos, especialmente, los misioneros. Muchos fueron asesinados y otros tomaron sus propias vidas para evitar tanto sufrimiento por las torturas a los que fueron sometidos, sin embargo, la señorita Jones, salió de China y regresó a los Estados Unidos, donde fue inmediatamente a visitar al señor Trotman. Cuando llegó a su oficina, ella explicó todo lo que había sido testigo y experimentó en las manos de los comunistas; quería agradecerle por compartir con ella el versículo antes de partir. Comentó al señor Trotman, “memoricé el versículo mientras viajaba a través del océano Pacífico. Dios lo usó poderosamente, guardándome del suicidio. Gracias. Ese versículo salvó mi vida.”

Deseo ser el Dawson Trotman en la vida de alguien. Puede imaginar la bendición de oír a alguien decirte: “Gracias por compartirme esa escritura, salvó mi matrimonio, mi relación con mis hijos, o aún mi vida”. Esto se le puede decir a quien eligió permitir que la Palabra de Dios hiciera su marca en su propia vida.