Movilízate: Aplica La Palabra A Tu VidaMuestra

“El controlador de tráfico aéreo”

Vivir por el Espíritu comienza con establecer nuestras mentes en lo que el Espíritu desea. Esta verdad está ilustrada de manera práctica en esta historia de un piloto, llamado Neil Anderson, en su libro de devocional, “Diariamente en Cristo”.

La guía del Espíritu Santo. Un piloto joven acabó de pasar el punto de no retorno cuando el tiempo empeoró. La visibilidad cayó a menos de 50 cm,  mientras la neblina descendía a la tierra. Colocar total confianza en los instrumentos de la cabina, fue una experiencia nueva para él, la tinta estaba todavía húmeda en el certificado de verificación, que lo calificaba para el vuelo por instrumentos. 

El aterrizaje le preocupaba sobremanera. Su destino era un aeropuerto metropolitano con mucho tráfico aéreo, con el que no estaba familiarizado. En pocos minutos estaría al alcance de la torre de control. Hasta entonces, estaba solo con sus pensamientos. Su instructor tuvo que, prácticamente forzarlo a memorizar el manual. A él no le importaba,  hasta ese momento, pero ahora estaba agradecido. 

Finalmente escuchó la voz del controlador de tráfico aéreo. “Te voy a colocar en el patrón de espera”, dijo el controlador. ¡Genial! Pensó el piloto. Sin embargo, él sabía que su aterrizaje seguro estaba en las manos de esta persona. Tuvo que recordar sus instrucciones y entrenamiento previo, y confiar en la voz del controlador de tráfico aéreo que no podía ver. Consciente que no era el tiempo para ser prepotente, informó al controlador, “no soy un profesional, agradeceré cualquier ayuda que pueda brindarme”. “¡La tendrás!”, escuchó inmediatamente.

Por los siguientes 45 minutos, el controlador amablemente guió al piloto a través de la densa neblina. Correcciones de curso y altitud llegaban periódicamente, el joven piloto se dio cuenta que el controlador lo estaba guiando alrededor de obstáculos y fuera de potenciales colisiones. Con las palabras del manual firmemente ubicadas en su mente, y con la voz amable del controlador, aterrizó finalmente de manera segura.

El Espíritu Santo nos guía a través del laberinto de la vida, de manera similar al controlador de tráfico aéreo. El controlador asumió que el joven piloto entendía sus instrucciones del manual de vuelo. Su guía estaba basada en eso. Así es con el Espíritu Santo: Él puede guiarnos si tenemos el conocimiento de la Palabra de Dios y su voluntad, establecida en nuestras mentes.