El Hockey Profesional Y La BibliaMuestra

«Pasaje del Nuevo Testamento ayuda a Matt Duchene a seguir adelante después de difícil lesión de rodilla»

Avalanche de Colorado: 3

Coyotes de Phoenix: 2

29 de diciembre de 2011

Matt Duchene tenía mucho que celebrar al dirigirse al encuentro entre su equipo y Phoenix. Apenas en su tercera temporada en la NHL estaba a punto de jugar su partido profesional número 200 de toda su vida. Unas semanas antes había registrado su primera tripleta de su carrera y estaba emergiendo como una estrella en ascenso.

Pero la celebración de Duchene fue cortada temprano en el primer periodo cuando se le atoró el patín en el hielo al tratar de bloquear a uno de sus oponentes. Aunque pudo patinar de regreso a la banca y fue acompañado al vestidor, más tarde fue revelado que la jugada le había causado una lesión seria.

Duchene paso las siguientes siete semanas recuperándose y se perdió de 20 partidos en el proceso. Pero fue un versículo bíblico que el capellán del equipo, Tim Burke, compartió no mucho después de la lesión, lo que lo ayudó a vencer la entendible decepción.

«Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas (tentaciones), sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia (perseverancia), y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte» (Santiago 1:2-4).

«Yo estaba pasando por una lesión terrible y por un punto de quiebre en mi carrera —le dijo Duchene a Hockey Ministries International en un video—. Es algo que siempre había tenido en mente a medida que estaba llevando a cabo esa transformación y caí en cuenta de que eso (la adversidad) es parte del plan de Dios. La adversidad te hace mucho mejor y hay una razón para ella [...] Siempre puedo vencerla».

Duchene ha continuado utilizando ese versículo como una inspiración durante otros tiempos de prueba en el hielo incluyendo la temporada 2015-16.

«Tuve un inicio terrible esa temporada después de haber trabajado realmente duro ese verano. Básicamente me había hecho pedazos físicamente ese verano porque sentía un poco de la culpa de que a mi equipo le hubiera ido muy mal ese año (anterior). Tuve un inicio terrible. Nada estaba entrando (a la portería). Pero en medio de todo ese asunto, estaba sumamente calmado porque sabía que era parte de que Dios me moldeara y terminara ese toque final antes de que pudiera dar ese paso hacia adelante y estar en paz».