¿Sueles Tener Problemas Con Las Personas?Muestra

“Directrices para la restauración”

Antes de caminar en una situación de problemas con alguien, examínate en el espejo de tu propio corazón y mira si tú eres el problema. Independientemente de la cantidad de emoción invertida en el conflicto, esperar 24 horas permite que tu corazón y emociones se calmen antes de proceder. Esto, permite a Dios trabajar y ayudarte a trabajar, en cómo relacionarte correctamente con otras personas.

Resiste la tentación de quemar los puentes relacionales. Evita al burlador pero ora por él. Elige tus batallas, pues algunas de ellas no deberás pelear, ni ganar. Cede tus derechos en la situación, respondiendo correctamente y deja los resultados a Dios. 

Evita enviar correos electrónicos, mensajes escritos y hacer publicaciones en redes sociales hasta que se resuelva el conflicto. Resiste tomar ofensas de otros, ser inofendibles, es una de las características de los hijos de Dios y de manifestar el carácter de Cristo.

Toma los hechos. Asumir algo, es la forma más baja del conocimiento. Recuerda que el amor no toma en cuenta el sufrimiento. El amor no lleva la cuenta. 

“Lo siento, ¿me perdonas?” Son cuatro de las mejores palabras comunicadas cuando hay arrepentimiento genuino, que se expresa en cambio de conducta, no solo en llanto.

Recuerda, aún la más pequeña herida, toma tiempo en sanar. Elije entre extender la gracia y prolongar el conflicto; es mejor estar del lado de la gracia.

Suelen alegrarse, cuando otros están de luto, ¡y se lamentan cuando otros están felices! Alégrate por aquellos quienes celebran y se empático con quienes están heridos.

Restauración a un hermano. Para procurar la restauración de quienes fallaron, considera los siguientes 5 pasos para la restauración cuando confrontas a las personas. 

Primero: Ora y presenta la situación individual ante Dios. Orar da tiempo a Dios para trabajar en tu corazón y en el de los involucrados.

Segundo: Confronta amablemente al hermano, con la ofensa aparente. 

Tercero: Escucha su perspectiva, con respecto a la ofensa. Hay siempre dos lados de toda historia. La ofensa puede estar tanto contigo, como con ellos. 

Cuarto: Aconseje en acuerdo a la luz de su respuesta, y si es culpable, instruya de acuerdo a su nivel de ofensa. Después de escuchar, tu consejo puede ajustarse o abortarse. 

Quinto: Ora por completa restauración de la persona o entre las partes. Orar es la fase más crucial en la Guía de restauración. Orar, permite que la gracia de Dios intervenga, reconociendo la necesidad de sabiduría e intervención divina. 

Estas lecciones, son el resultado de nuestras fallas en relacionamiento correcto de otros y aprendiendo, cómo regresar al camino. Nos damos cuenta, que tenemos más que aprender y querer mantenernos enseñables, en futuros momentos de reconciliación. Que la gracia de Dios esté contigo, mientras haces la próxima buena obra.