¿Por Qué Ir a La Iglesia?Muestra

La iglesia nos ayuda a animarnos mutuamente.

“Consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos unos a otros, y mucho más al ver que el día se acerca" (Hebreos 10:24-25 NBLA).

El libro de Hebreos nos insta a reunirnos como creyentes, ya que esto es una gran oportunidad para animarnos y estimularnos mutuamente. Si no podemos reunirnos físicamente, este apoyo mutuo también es posible a través de llamadas telefónicas, correos electrónicos u otros medios de comunicación. La Biblia misma contiene muchas cartas de los apóstoles a iglesias e individuos con los que no podían reunirse en persona. Sin embargo, esto no reemplaza por completo un encuentro real. Como escribe el Apóstol Pablo en su carta a los Tesalonicenses: "Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, pensamos que era mejor quedarnos solos en Atenas. Enviamos a Timoteo, nuestro hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo, para fortalecerlos y alentarlos respecto a la fe de ustedes" (1 Tesalonicenses 3:1-2 NBLA).

Cada cristiano necesita aliento y exhortación de vez en cuando. Como dice Pedro: "También considero justo, mientras esté en este cuerpo, estimularlos recordándoles estas cosas" (2 Pedro 1:13, NBLA). De lo contrario, las preocupaciones de este mundo pueden sofocar nuestra fe y distraernos de las grandes verdades del Evangelio. Reunirse como creyentes es una gran oportunidad para mantenernos "en el camino correcto".

¿Te reúnes regularmente con otros cristianos? ¿Estas reuniones te animan a amar y hacer el bien?