Mentalidad del reinoMuestra

“Cambio de forma de pensar”

De hecho, cambiar nuestra forma de pensar fue la demanda primaria con que Juan el Bautista y Jesús emplazaron a sus oyentes para abrazar las verdades del Reino, como está expuesto en los capítulos 3 y 4 del Evangelio según Mateo, pues, según el modo de pensar del mundo es imposible entender, menos aún, vivir el reinado de Dios. 

El hijo perdido de la parábola, se encontró a sí mismo cuando, a partir de su miseria descubrió en su propio interior la bondad del Padre. Solo el calor de la casa del Padre, el poder de su amor que anida en el corazón del hombre, nos puede dar valentía para enfrentar los errores de nuestra vida, de manera, que cambiemos de forma de pensar y de actuar. 

Para participar, pues, en el reinado de Dios, es necesario tomar una determinación personal con firmeza y gallardía, para seguir hacia adelante. Jesús dijo: "Esforzaos para entrar por la puerta estrecha", (Lucas 13:24). Esta es tarea difícil, pero no imposible, ya que nunca estaremos solos en este esfuerzo personal, pues el Espíritu de Cristo está siempre fortaleciendo nuestra debilidad. 

Para entrar en el reino, es necesario aprender a pensar y actuar según Dios. Convertirse a un nuevo modo de ser ante Dios y ante la verdad anunciada por Jesús. No se trata de salvación, sino de conversión. Pues en la salvación Cristo lo hizo todo, en la conversión depende de una actitud y decisión personal. No se hace sin dolor, requiere aprender a morir a sí mismo. Superar crisis reales, para decidirse por el nuevo orden de cosas que trae el Reino de Dios, que ya está dentro de nosotros mismos.

La exigencia de conversión hecha por Jesús es sumamente dura, si no hay conversión, el dueño de la casa cerrará la puerta, y los atrasados habrán de oír estas palabras: "No sé quiénes son ustedes", (Lucas 13:25), el convite del reino es para todos y la decisión es muy seria, decir que "sí" de boca es cosa fácil; pero lo importante es realizar la voluntad del Padre. 

La única forma para que el Reino de Dios y su cultura se expresen en nosotros, para que entremos a disfrutar de los derechos de herencia en el reino y el poder de ese reino, se manifieste en nuestras vidas, es que haya un cambio de mentalidad.