La Mayor MotivaciónMuestra

INTRODUCCIÓN: Verdaderamente es triste encontrarse con personas que se han apartado de los caminos de Dios, que han dejado de congregarse en su iglesia, que han dejado de servir en sus ministerios, y todo eso PORQUE SE DESMOTIVARON, PORQUE SE DESANIMARON EN EL CAMINO. Y lamentablemente, cuando un cristiano se desanima poco a poco se va enfriando espiritualmente y poco a poco se va secando en su interior el gozo, la paz y la esperanza que solamente nuestro Dios da.

Y, muchas veces hay personas que nos motivan con sus palabras, que nos animan a seguir adelante, que oran por nosotros para que volvamos. En los mensajes se nos motiva a no alejarnos del Señor y todo eso es muy importante, pero tenemos que comprender que la mayor motivación de la vida cristiana no viene de algo exterior, sino que SE PRODUCE EN NUESTRO INTERIOR, EN NUESTRO CORAZÓN. Pues, la mayor motivación en la vida de un cristiano es: LA GRATITUD PARA CON DIOS.

Un cristiano que tiene gratitud en su corazón sigue adelante a pesar de las dificultades, a pesar de las pruebas y a pesar de aquellas cosas que no puede comprender, pues un corazón agradecido sabe que lo que hace no es para los hombres sino para nuestro Dios (Colosenses 3:23).

Debemos comprender que el agradecimiento es algo a nivel personal en la vida de cada cristiano (Salmo 103:1). La relación con Dios es personal y por lo tanto la gratitud es algo que cada cristiano debe desarrollar en su propia vida, ser agradecidos es una decisión que cada uno de nosotros debemos tomar, PUES ESA DECISIÓN SERÁ LA QUE DIRIJA NUESTRAS ACCIONES. Si yo decido ser agradecido esa decisión se verá reflejada en mis acciones, en mis prioridades y en mis caminos.

Es importante entender que la gratitud del corazón comienza con no olvidar lo que Dios ha hecho en nuestra vida (Salmo 103:2). Un corazón ingrato es aquel que olvida o es indiferente con aquellas cosas buenas y favores que otros han hecho a su favor. Muchas veces el corazón ingrato comienza con nuestros propios padres, pues no valoramos o no reconocemos lo que ellos han hecho por nosotros, es por eso que la Palabra de Dios nos invita tener un corazón agradecido y recompensar a nuestro padres terrenales (1 Timoteo 5:4). Y si no tenemos agradecimiento con aquellos que vemos, ¿cómo podemos tener agradecimiento con Dios que no lo vemos? (1 Juan 4:20).