CÓMO VIVIMOS: Dignos de Dios

"Los hemos animado, consolado y exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llamaasureinoyasugloria" (1 Tesalonicenses 2:12).

Una de las películas más memorables de los años 90 es “Salvando al Soldado Ryan”, protagonizada por Tom Hanks y Matt Damon. En esta película, el capitán Miller (Tom Hanks) tiene la tarea de rescatar a un soldado llamado Soldado Ryan (Matt Damon) cuyos dos hermanos han muerto en combate.

ALERTA DE SPOILER: Al final de la película, el Capitán Miller recibe un disparo

mortal en su rescate y se queda moribundo a un lado de la carretera. Conforme la vida comienza a drenarse de sus ojos, con su último aliento mira fijamente al soldado Ryan y pronuncia la inolvidable frase: "¡Gánatelo!".

El capitán Miller le había hecho al soldado Ryan el regalo más preciado que podía ofrecerle: su propia vida. El soldado Ryan no había hecho nada para merecerlo. Era un regalo que no tenía precio y que le fue dado libremente sin mérito alguno. Ahora le tocaba a él vivir el resto de su vida de una manera que fuera digna del inestimable regalo que le dio el Capitán Miller.

De la misma manera, nosotros también hemos recibido el regalo más precioso sin mérito: Cristo ha dado su vida para que nosotros podamos vivir en abundancia (Juan 10:10), caminar en justicia (Romanos 6:12-19) y abstenernos del mal (1 Tesalonicenses 5:22). No hemos hecho nada para ganarnos este precioso don. La pregunta ahora es, ¿qué vamos a hacer con él?

Tenemos el don gratuito. El precio ha sido pagado. Nuestra libertad ha sido comprada. No hicimos obras para merecerlo. Lo que Dios nos pide a cambio es que "nos comportemos como es digno de Dios" (1Tesalonicenses 2:12).

Esto no significa que nos salvemos por nuestras obras, sino que nuestras obras son un reflejo de nuestra fe (Santiago 2:26). Ahora, ¡gánatelo!