No Dejes de Orar - Una lectura de tres días con Matthew WestMuestra

Orar en medio de las pruebas

Él está cerca a los quebrantados de corazón

Salva a aquellos que están con espíritu abatido

El Alfa y Omega sabe cómo tu historia termina

Cuando has llorado y llorado, hasta quedarte sin lágrimas

Las respuestas no vienen y no sabes por qué

Cuando te preguntes si puedes inclinar tu rostro y orar una vez más,

Hazlo una vez más

Una de mis partes favoritas de las giras es cuando podemos saludar y conocer a las personas. Me encanta escuchar sus historias. Es increíble escuchar lo que Dios está haciendo en cada una de sus vidas, y, muchas veces, vienen por algo más que para tomarse una foto conmigo. Quieren tener la oportunidad de compartirme una necesidad de oración, quieren decirme qué hay en sus corazones y dónde necesitan que Dios se manifieste en sus propias vidas o en las vidas de un ser querido.

Nunca doy por sentado estos momentos. Podría decir fácilmente: "Voy a estar orando por ti”, y, luego, pasar a la siguiente persona, pero cuántas veces hemos dicho eso sólo para que, después, se nos olvide orar. Entonces, Dios puso en mi corazón que me detuviera allí mismo, y que orara con ellos y nos pusiéramos de acuerdo para que Él obrara en sus vidas. Estas oportunidades se han convertido en una de mis partes favoritas de la noche. Es poderoso estar juntos en oración y sentir Su presencia con nosotros cuando oramos. Y es que Dios ha prometido que nuestras oraciones pueden lograr mucho. Santiago 5:16 dice: "La oración eficaz del justo puede mucho".

Pero, no siempre "sentimos" que este versículo se aplica a nosotros, ¿verdad? Hay veces, cuando oramos, que sentimos que no logramos nada, sentimos que nuestras oraciones no llegan ni al techo. Nos preguntamos: "¿Será que Dios me está escuchando?". Esos son los momentos en los que estamos tentados a rendirnos.

Escribí: "Cuando te preguntes si puedes inclinar tu rostro y orar una vez más, hazlo una vez más", para animar a aquellos de ustedes que pueden estar listos para darse por vencidos y dejar de orar. Puede que la sanidad por la que has clamado no haya llegado; que tu hijo pródigo no haya vuelto; que perdiste una oportunidad de trabajo. Permíteme animarte a mantener tu esperanza en Cristo. Dios usará estas pruebas para hacer crecer tu fe y confianza en Él. "Hazlo una vez más".

Incluso, cuando parezca que el Señor está en silencio y tu dolor es grande, recuerda las promesas que te ha hecho. Recuerda que sirves a un Dios que es más grande, y que no hay nada que salga de Su control.

Cuando te preguntes cuántas veces más tienes que orar, ora una vez más. Y ten seguridad que tu Padre te escuchará.