Libres por la PalabraEjemplo

La impaciencia es una forma de incredulidad. Es lo que sentimos cuando comenzamos a dudar de la sabiduría de los tiempos de Dios o de la bondad de Su dirección.

La cárcel de la desesperación puede llevarnos a dudar del amor y del cuidado de Dios sobre nosotros. Cuando la noche parece no tener fin y las tinieblas ahogan nuestro gozo, es fácil considerar que todo se ha acabado; sin embargo, aún en medio de nuestra incredulidad, el Poder de la Palabra de Dios sigue trayendo libertad pues es la lámpara que guía nuestros pasos en la oscuridad.

Las situaciones que parecen frenar nuestros sueños o que roban nuestra comodidad no están fuera de la voluntad de Dios ni tampoco detienen Sus propósitos en nuestra vida; al contrario, cada una de ellas puede ser un instrumento de inspiración y fortalecimiento en la fe para los que nos rodean.

La cárcel y las cadenas, en el apóstol Pablo, no detenían la predicación del Evangelio. Los hermanos, confiados en el Señor, anunciaban con más pasión la salvación en Cristo.

De la misma manera, tu vida es de inspiración a otros cuando mantienes tu convicción en el Señor.

• En tu situación actual, ¿estás impaciente?
• Lee Santiago 1:2-5. ¿Qué es lo que necesitamos en medio de la adversidad?
• Toma un tiempo y agradece por tu libertad.