Devocional Del Día | FebreroMuestra

Muerto al pecado

Romanos 6:1-12

¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él? ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte? Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; porque el que muere queda liberado del pecado. Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él. Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios. De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos.

Pablo está hablando de un estilo de vida de pecado, no simplemente de un solo acto o de un fallo. Hace referencia sobre los cristianos que siguen constantemente inalterados en su estilo de vida de lo que eran antes de ser creyentes.

La palabra para “perseveraremos en el pecado” está en tiempo presente, esto significa que la acción sigue constantemente ocurriendo. Pablo hace mención sobre una práctica habitual: ¿Realmente podemos seguir viviendo así?

Antes de conocer a Cristo, el pecado nos enredaba cada vez más; mientras más lo obedecíamos más nos controlaba. Pero ahora, el pecado no puede, ni debería controlarnos, pues tenemos una vida nueva, el Espíritu de Dios vive dentro de nosotros impidiendo que vivamos en el pecado. Antes estábamos muertos (separados) de Dios y vivos para el pecado, pero ahora estamos muertos (separados) del pecado y vivos para Dios.

Medita: ¿Estamos usando la gracia de Dios como pretexto para continuar en nuestros pecados? ¿Estás seguro de haber entendido bien la gracia y la salvación que es por medio de la fe en Cristo Jesús?