¡Es momento de revisar tu corazón!

Libéralo de expectativas poco realistas.

Tu Reto

• No digas nada negativo acerca de tu esposo a él mismo o a ninguna otra persona.
• Dile a tu esposo algo que admires o aprecies de él y díselo a alguien más, aparte de él.

«Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor» (Efesios 4:2).

Levanta tu mano si alguna vez has empezado un nuevo programa de ejercicio y subconscientemente esperabas ver resultados en tan solo unos días (o tal vez después de un solo entrenamiento).

En el momento que empiezo a levantar mi mano hacia el cielo, me doy cuenta de que no tiene sentido. Sé en mi mente que un verdadero cambio va a tomar un tiempo, y de alguna manera espero ver resultados instantáneos.

Tal vez estás en ese mismo lugar el día de hoy durante este reto de 30 días. ¿Encuentras difícil animar a tu esposo? ¿Ha sido difícil controlar la crítica y reemplazarla por palabras de apreciación? Tal vez estés pensando, ¡He derramado toda mi energía en este matrimonio y las cosas no han cambiado nada!

¡Tomemos el día de hoy para revisar tu corazón! Puede que estés haciendo todo como debe ser, pero es posible que el problema esté en tus expectativas. Así como yo espero que la báscula baje después de terminar mi clase de spinning, puede que estés esperando mucho en muy poco tiempo.

Así que pasa tiempo en oración, pídele a Dios que te muestre si tienes expectativas irreales (o irracionales) de tu esposo. Y lo más importante, no te rindas porque «...A su debido, tiempo cosecharemos numerosas bendiciones...» (Gálatas 6:9 NTV).

Oración

Señor, escudriña las maneras en que mi corazón ha esperado demasiado de mi esposo. Ayúdame a venir a ti con mis necesidades insatisfechas, y enséñame a confiar en que tú obras en mi matrimonio, en el corazón de mi esposo y en el mío. Ayúdame a seguir haciendo el bien para cosechar tus bendiciones.

Un testimonio de alabanza

«Este reto fue más maravilloso y difícil de lo que podía haber creído. Pensé que era una esposa alentadora, pero descubrí que no era así. En realidad, fue una lección de humildad para mí animar continuamente a mi esposo durante treinta días. Dios reveló en Su gran misericordia mi corazón orgulloso y la continua necesidad de arrepentimiento. Planeo continuar este viaje, haciéndolo de nuevo hasta que animar a mi esposo se convierta en un hábito. ¿La respuesta de mi marido a todos los ánimos? Todo positivo. Es más atento y cariñoso, además, me ha estado escuchando más».

Reflexiona y responde

1. ¿A cuáles expectativas irreales te has aferrado de tu esposo?
2. ¿Cómo puedes dejar ir esas expectativas y ver a tu esposo con ojos de gracia?

Profundiza

Dedica un tiempo a escribir cambios que has visto hasta ahora en este reto, aunque sean minúsculos. Pueden ser de tu esposo o de ti. Luego agradécele a tu esposo por las cosas que está haciendo en tu matrimonio, y libéralo de expectativas excesivas que el Señor te ha mostrado.