Apartadas - Viviendo Una Vida Que Glorifique a DiosMuestra

De Mentes Consagradas

Mente renovada

Leer: Romanos 12:1-2

EOAO: Romanos 12:1-2

Así que, hermanos, yo les ruego, por las misericordias de Dios, que se presenten ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. ¡Así es como se debe adorar a Dios! Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

En el texto

Así como una oruga experimenta una metamorfosis para convertirse en una impresionante criatura de belleza, nosotras también podemos experimentar una transformación en nuestras vidas cuando permitimos que la Palabra de Dios rodee nuestros corazones y mentes y nos cambie de adentro hacia afuera. Cuando Dios transforma nuestros corazones y mentes con Su verdad, nos hace más como Cristo. Nos volvemos más amorosas, más indulgentes y más llenas de gracia.

Conozco la presión que nuestra cultura ejerce sobre nosotras para que nos conformemos a sus estándares de belleza, éxito y valor. Es fácil caer en la trampa de conformarnos a los estándares del mundo si no estamos alerta, pero como hijas del Rey, estamos llamadas a un propósito más elevado. Estamos llamadas a ser apartadas. Estamos en el mundo, pero no somos de él.

Permitir que la Palabra de Dios tenga autoridad en nuestras vidas moldea nuestros pensamientos, acciones y respuestas. Ya no vemos el mundo como antes. En cambio, se nos da un punto de vista nuevo y mejor, un punto de vista más elevado que el que teníamos antes. Al hacer esto, encontramos libertad, alegría y propósito en nuestras vidas, sin importar las circunstancias a las que nos enfrentemos o lo que se nos presente. Sabemos que lo mejor está por llegar. Así que vivimos voluntariamente vidas de sacrificio y servicio, sabiendo que este mundo no es nuestro hogar, ni es el final; sólo estamos de paso.

Oración

Padre Celestial, gracias por el don de Tu Palabra. Por favor renueva nuestras mentes diariamente mientras nos sumergimos en Tu verdad para que podamos ser transformadas a la imagen de Tu Hijo, Jesucristo. Amén.