Fuerzas Para El Que No Tiene NingunaMuestra

La suma y resta son relativamente fáciles de entender, aun para la persona más inepta. Son fórmulas de la cual usamos a diarios, en mayor parte sin darnos de cuenta. Ya cuando entra la multiplicación, se complican un poco las cosas, en especial cuando se debe a grandes números. No obstante, por más fácil que sea para algunos, la multiplicación que sale en este pasaje no hace mucho sentido a nuestro intelecto. ¡Esta fórmula es de otro mundo!

La parte donde Dios “da” o “añade” o le “suma” las fuerzas al cansado implica que aunque la persona esté cansada, todavía le queda algo de fuerzas. Pues estar cansado no significa que no tengas la energía para seguir moviéndote. En fin, uno puede estar cansado físicamente, pero también mental y emocionalmente, y aún se ha oído de un cansancio espiritual. Pero un cansancio no implica cero fuerzas. Y es aquí donde la fórmula que presenta la Biblia nos desafía.

La multiplicación es fácil de entender cuando te das cuenta de que tiene que ver con la suma: pues en la multiplicación tú añades múltiples del mismo número. Por ejemplo; 3 x 4 = 12. La cual se puede traducir también como 3 + 3 + 3 + 3, o sea, añades el 3, 4 veces. ¡Simple! Pero existe una tabla de multiplicar de la cual no se habla mucho y hasta algunos años, después que la aprendí, no le dieron la importancia que se merece. Y es la tabla del cero “0.” Hasta hace mucho el cero no tenía valor. Sin embargo, el cero hoy día es contado como un número, la cual completa los únicos 10 números que tenemos en existencia, del 0 al 9.

Podemos decir que la tabla del 0 es la más fácil de todas, pues multiplicar un número, independientemente de su valor, la formula siempre equivale a cero. La tabla del cero se considera como un “Vaccum Cleaner". Es la aspiradora de la multiplicación, pues cualquier número que le pongas al frente desaparece. 0 x 1 = 0... 0 x 1.000.000 = 0!

En el mismo pasaje bíblico Dios añade al cansado, pero multiplica al que no tiene fuerzas. ¡Wow! Esta fórmula rompe la tabla de cero y nos pone a pensar que la matemática de Dios es bien diferente a la nuestra. Sin importar que nos encontremos débiles, cansados, o sin fuerzas, con Él siempre tendrás lo que necesitas para seguir hacia delante. ¿Cómo? El mismo pasaje bíblico lo contesta en el versículo 31.