Fuerzas Para El Que No Tiene NingunaMuestra

En mi vida entera, he sufrido varios ataques a mi salud, nada grave, gracias a Dios, pero no obstante ataques que debilitan, son incómodos, y en ocasiones te hacen retroceder en tu fe y ánimo. Este fue uno de los casos. El sermón que preparaba, usualmente lo preparo de ante mano, de dos a tres días antes, pero no sin Dios traer inspiración desde mucho antes. Ya yo estaba seguro del mensaje que Dios quería enviar a su pueblo. Estaba familiarizado con el tema y estaba seguro de que sería de mucha bendición para todos nosotros. Lo que no me esperaba era que en el plan de Dios, tal parece que Él decidió que yo viviese el mensaje mientras lo predicase.

Yo enseño a mis exhortadores que nunca prediquen un mensaje que no hayan vivido. Pues es el mejor mensaje que alguien puede predicar; uno que venga con vivencia y experiencia propia. Y aunque yo he pasado por ataques a mi salud en mis 43 años de vida, nunca me encontré con la tarea de predicar pasando por uno. La última vez que me paso algo semejante fue 20 años atrás, donde tuve que ir a trabajar en la calle, durante el invierno, con fiebre y dolor de cuerpo. En aquel entonces era necesario para poder sobrevivir. Pero esta vez pude entender este texto bíblico en una diferente perspectiva.

La Matemática del Reino

Hemos aprendido que 2 y 2 son 4… 4 y 2 son 6… es la primera tabla de multiplicar que todo niño se aprende, y en mi país, la isla de Puerto Rico (tal vez en su país también) formaron una canción alrededor de esta tabla de multiplicar para ayudarle a los niños a aprendérsela. El famoso “Brinca la Tablita” todavía está en los rastros de nuestra memoria. En este texto bíblico existen dos fórmulas matemáticas. La primera es Suma.

El añadir es relativamente fácil. 1 más 1 es 2, 10 más 10 es 20, 1000 más 500 son 1500, y así sucesivamente. En primera parte, Dios dice que él añade fuerzas al cansado. Con esta no tenemos problemas. Pues la lógica hace sentido. Cuando el automóvil no tiene gasolina, usted le añade combustible para que pueda funcionar. Cuando a su cuenta de ahorros está bajita, usted le añade dinero para incrementarla. Si tiene hambre, pues come, y así se resuelve el problema. Si estás cansado, pues Dios te añadirá las fuerzas para seguir hacia delante.

Qué lindo es saber qué Dios nos tiene en cuenta aun cuando nos sentimos débiles o cansados. Yo sé que tal vez estás leyendo esto porque estás a punto de rendirte y tirar la toalla. Tal vez no tengas ya el ánimo ni el deseo de seguir hacia delante en la vida, familia, ministerio, etc. Hace mucho que estás corriendo en vacío y no sabes qué hacer. Hay varias cosas con la que puedo consolarte, pero el mejor consuelo viene del Espíritu Santo y de la Palabra del Señor. Y he aquí una promesa de que él te añadirá fuerzas si te sientes cansado y que no puedes más. ¡En otras palabras, si te sientes cansado, hay fuerzas para ti! La solución es no rendirse, no correr, sino pararse firme y confiar en esta promesa.

Hasta aquí estamos bien y entendemos lo que está sucediendo. Pero no es hasta que llegamos a la parte dos del pasaje que nos encontramos como en un episodio de Twilight Zone. Permíteme explicarte el siguiente día de devocional.