Permaneciendo en NavidadMuestra

"Permaneciendo en la Navidad: Pensamientos diarios de Adviento" por Bryan Craig

Cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: "Pasemos a Belén y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer". Fueron, pues, de prisa, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en un pesebre. Y cuando lo vieron, dieron a conocer el dicho que se les había dicho acerca de este niño. Y todos los que lo oían se maravillaban de lo que les decían los pastores. Pero María atesoraba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, como se les había dicho (Lucas 2:15-20).

Imagínate la emoción y la curiosidad que llenaron a estos pastores después de ser visitados por un coro celestial de ángeles, iluminando el cielo nocturno y escuchando acerca de este niño especial que había nacido. Dice que fueron con prisa. Corrieron hacia Jesús. La única pista que tenían era que el bebé estaría acostado en un pesebre. Creo que la estrella brillante que guio a los reyes magos a encontrarlo también podría haber iluminado un foco para ayudar a los pastores a encontrar el lugar, o tal vez ya sabían a dónde ir. Una vez que encontraron a Jesús, lo primero que hicieron fue compartir la noticia con todos sus conocidos. Encontrar a Jesús les trajo gozo e impulsó la alabanza. Y me encanta la pequeña línea que a veces se pierde: "María atesoraba todas estas cosas, meditándolas en su corazón". Una vez que te encuentras cara a cara con el Cielo, tu corazón nunca puede ser el mismo.

APLICACIÓN: ¿Has visto a Jesús con los ojos de tu corazón? ¿Te identificas con los pastores y con María y el tesoro de alegría que llenaba sus corazones? Si no, corre hacia Jesús cayendo de rodillas y adorándolo. Él te dará este tesoro.