Permaneciendo en NavidadMuestra

"Permaneciendo en la Navidad: Pensamientos diarios de Adviento" por Bryan Craig

El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce; me infunde nuevas fuerzas. por amor a su nombre. Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado; tu vara de pastor me reconforta. Dispones ante mí un banquete en presencia de mis enemigos. Has ungido con perfume mi cabeza; has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre" (Salmo 23:1-6).

Meditemos en algunos pasajes más de las Escrituras del Antiguo Testamento a medida que continuamos estableciendo un fundamento para la venida de Jesús. Como dijimos hace unos días, Jesús es un Pastor, al igual que el Rey David, quien escribió el Salmo 23. Jesús nos guía suavemente, nos protege y nos alimenta. Él dice que Sus ovejas conocen Su voz.

Probablemente preferirías que te llamaran príncipe o princesa que oveja. Si quieres un gran análisis sobre lo mucho que nos parecemos a las ovejas y necesitamos un pastor, lee "Un pastor mira el Salmo 23" de Phillip Keller. Esta Navidad, sepan que Dios les envió a su propio Pastor, uno que nunca los dejará ni los abandonará, y uno que irá a buscarlos cuando estén perdidos. Él te guiará, si tú, se lo permites, por sendas de justicia, hasta la casa del Señor.

APLICACIÓN: ¿Has entregado la propiedad de tu vida a tu Pastor, Jesús? Si no es así, reconoce que Él te compró con Su propia sangre. Dale la obra de tu vida.