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Sí Y Amén

DÍA 3 DE 5

Jesús no es un árbitro

Estoy seguro que alguna vez has hecho oraciones como las mías en donde le pedimos a Dios que cambie la actitud de nuestra esposa, o que enmudezca a las personas que están hablando mal de nosotros, o que le diga a nuestro jefe que aumente nuestro sueldo. Pero a veces parece que Dios no nos escucha. He aprendido que decir Sí y Amén es una decisión personal y que cada quién es responsable por sus decisiones.

En una ocasión Jesús estaba enseñando algo muy importante sobre cómo enfrentar persecuciones y, en medio de su enseñanza, se le acerca un hombre y lo interrumpe para pedirle que por favor le diga a su hermano que divida la herencia con él. ¿Te imaginas la escena? La respuesta de Jesús es extraordinaria. Le dice al hombre que él no es un árbitro entre personas y, luego, les dice a todos los que están escuchándole que se cuiden de la avaricia porque la vida no consiste de los bienes que poseemos.

Analicemos la respuesta de Jesús. Primero que no es un árbitro. En México, en los partidos de futbol, el árbitro es uno de los personajes más odiados en la cancha. Es el que decide si fue una falta o no, un penalti o no, de quién fue el error y cuál es la sanción. Y siempre el lado perjudicado se molesta con la decisión del árbitro. Jesús no es como un árbitro sacando rojas y amarillas. Él no es como un árbitro entre nosotros, más bien es como un entrenador personal, Jesús es nuestro líder. Él nos habla a todos y, cada quien es responsable de escuchar y decidir.

Un entrenador personal te dice que debes hacer tú, sin importar lo que hace la otra parte. Jesús te dice cuál debe ser tu actitud y qué pasos debes tomar. Por mucho tiempo yo le pedía a Dios que cambiara a Kelly. Y durante ese tiempo Dios me estaba diciendo que yo tenía que aceptarla, que debía tratarla con más paciencia, que debía de respetar sus opiniones. Pero yo no quería obedecer, yo quería que Dios la cambiara a ella. Yo estaba seguro que ella estaba mal y todo se arreglaría si Dios trataba con ella. Pero Jesús es mi líder. Cuando por fin empecé a obedecerle, nuestro matrimonio empezó a mejorar y Kelly empezó a cambiar.

Me pregunto si hay algunos asuntos así en tu vida donde le estás pidiendo a Dios que trate con la otra persona, pero Dios te está dando indicaciones a ti. No esperes que te pidan perdón para perdonar. No esperes que otro sea generoso para que tú seas generoso. No esperes un cambio en tus padres, tu cónyuge, tus hijos o tus amigos. Sí y Amén es una decisión personal.

Regresando a nuestra historia en Lucas, Jesús les dice a los oyentes que se cuiden de la avaricia porque la vida no consiste en la abundancia de nuestros bienes. La avaricia nace en el corazón. Jesús les está diciendo a sus oyentes, cuiden su corazón. Cada persona es responsable de su propio corazón y sus decisiones.

¿Hay algún área de tu vida en la que no has obedecido a Dios porque estás esperando el cambio en alguien más? ¿O has permitido que emociones incorrectas crezcan en tu corazón debido a algo que sucedió con otra persona? Cuando veas a Jesús cara a cara no te va a preguntar cómo vivieron tus padres, o tus amigos, te va a preguntar cómo viviste tú.

Oración:

Dios perdóname cuando no he seguido tus instrucciones para mí. Me he enfocado en lo que hacen otros y he descuidado mi corazón y mis decisiones. Espíritu Santo hoy te digo Sí y Amén. Sana mi corazón de toda avaricia, de toda preocupación, ansiedad, temor, enojo, amargura y cualquier cosa que no te honre. Recibo tu gracia para tomar las decisiones que me estás pidiendo tomar. En el nombre de Jesús, amén.

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Acerca de este Plan

Sí Y Amén

¡Bienvenido al primer día del resto de tu vida! En estos cinco días vamos a meditar las palabras Sí y Amén. Vamos a descubrir cómo avanzar en las áreas donde estamos estancados.

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Nos gustaría agradecer a MásVida Mexico por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://masvida.org/