Red Flags, Respeto y RelacionesMuestra

Cuando empezamos a seguir a Dios, se nos da su Espíritu, el Espíritu Santo. Cuando eso sucede, el Espíritu de Dios obra en nosotros para desarrollar cosas como el poder, el amor y el dominio propio. Si somos honestos, la parte del dominio propio suena un poco difícil, ¿verdad? No es fácil hacer una pausa, dejar de hacer algo que sabemos que no es lo mejor para nosotros y poner a los demás antes que a nosotros mismos. Pero como seguidores de Dios, ¡esto es muy importante! El dominio propio nos da el poder de alejarnos de lo que puede no ser lo mejor para nosotros o para las personas con las que tenemos una relación. En su lugar, ¡nos ayuda a dirigirnos hacia lo mejor de Dios!

¿Hay algún área de tu vida en la que necesites más dominio propio? Dedica tiempo a pensar en cómo, con la ayuda del Espíritu de Dios, ¡puedes esforzarte por lograrlo esta semana!