Red Flags, Respeto y RelacionesEjemplo

Escrito por Caleb, 22 años de Carbondale, Illinois, EE.UU.

Un domingo reciente, me sentía fatal. La noche anterior, tuve una tremenda pelea con algunos de mis amigos, lo que me hizo sentir más solo que nunca. Cuando fui a la iglesia ese día, quería irme incluso antes de que empezara el culto. Quería volver a meterme en mi cama y escuchar la mejor música triste una y otra vez. Pero me quedé. Y cuando la banda empezó la primera canción, mi papá empezó a cantar. Por supuesto, ya había escuchado la "voz de canto" de mi padre antes, pero ese día, cuando alcanzó una nota alta con un tono desafinado, empecé a reírme."¿Por qué cantas siempre tan fuerte?" Le pregunté.

Para mi sorpresa, mi padre se rió conmigo y respondió: "Supongo que, a veces, es todo lo que puedo hacer."

Cuanto más envejeces, más te das cuenta de que el dolor y la lucha están por todas partes, incluso en nuestras relaciones con otras personas. Así que, cuando te encuentres sumergido hasta el cuello en las dificultades de este mundo, recurre a Dios y canta. ¡Llena tus pulmones de alabanza!

Hoy, sean cuales sean tus luchas, ora a Dios y pídele que llene tu corazón de música, risas y alegría.