Solo Puedo Decir, GraciasMuestra

¿TIENES TIEMPO PARA Mí?

Quiero que imagines este escenario en tu mente. Imagina que un día cualquiera mientras estás trabajando, estudiando, leyendo, jugando o haciendo lo que usualmente haces, te encuentras de manera sorpresiva una carta en el suelo. El sobre de la carta luce diferente, hasta tiene un agradable aroma y una bella presentación, incluso tiene un sello especial y una dedicatoria aún más especial. Te detienes a detallar qué dice aquella inscripción y notas que dice:

“De JESÚS con amor para: TU NOMBRE”.

Tu corazón se acelera, porque no sabes de donde llego esa carta. “¿Acaso será un detalle de mis compañeros de trabajo, del colegio… será un familiar? “, te preguntas en tu mente. Pero en tu corazón y espíritu estás convencido que no pudo haber sido ninguno de ellos, sabes que es algo sobrenatural. Finalmente decides abrir el sobre cuidadosamente para abrir aquella carta.

En el interior te encuentras con una preciosa carta escrita a mano, que dice:

“Hijo (tu nombre), hija (tu nombre), Te dejé esta carta porque sé que ya se está acabando el año y sé que ahora tienes un poco más de espacio en tu agenda, te esperé durante todo el año para que vuelvas a hacer tus promesas de inicio de año. Te conozco y sé que eres una persona soñadora y te harás muchas resoluciones, pero quería pedirte si en esas nuevas metas que tienes para el siguiente año podrías incluirme. A veces me pregunto, ¿tienes tiempo para mí?

Mi intención no es regañarte, ya sabes que no soy así. Solo quería decirte que te he extrañado mucho este año, no se si podamos volver a hablar como solíamos hacerlo cuando me conociste por primera vez, cuando constantemente en tu día te acordabas de mi presencia. En verdad extraño esos tiempos, extraño el sonido de tu voz. Recuerdo esos días en los que solo querías que te abrazara mientras llorabas en soledad en tu habitación y yo limpiaba tus lágrimas y las recogía.

Fue un año difícil, yo lo sé, te entiendo y comparto tu dolor, pero quiero que sepas que mis planes para ti son más grandes de los que puedes imaginarte para el siguiente año, solo busco darte un futuro y una esperanza, mi Santo Espíritu quiere fluir en tu vida y acompañarte por la eternidad.

Yo te amo y siempre lo haré, nunca lo olvides.

Atentamente: Tú amigo Jesús".

Después de haber leído esto, ¿cómo te sientes? ¿Qué sentirías si esto pasará en la vida real? Pues te digo algo… pasa diariamente, no con una carta, pero si en tu mente.

Permíteme que te lo explique con un breve ejemplo.

Pasas todo el día en redes sociales o bien puede ser que pases todo el día trabajando o estudiando, pero en los intermedios de esos tiempos tienes pensamientos que suenan como:

- “Recuérdame, estoy aquí”.

- “Habla conmigo”.

- “Lee un poco la Biblia ”.

- “¿Puedes cambiar esa canción y poner una que hable de nosotros?".

- “Eso que hiciste entristeció mi corazón”.

Y cuando llega el final del día y estás en tu cama dispuesto a dormir, ignoras una vez más la carta celestial que está llegando a tu corazón todos los días. Esta carta celestial como me gusta llamarla, es una invitación única y personal que Jesús envía a quienes ama, y ¿sabes que es lo mejor? Que, aunque tú fuiste infiel durante todo el día, el Espíritu Santo seguirá manteniéndose fiel, esperando pacientemente un día más junto a ti en esa almohada, a que te decidas prestarle atención y compartir tu vida con Él.

Él deseo más grande que tiene Dios es llegar a tener una relación personal e íntima contigo.

Por favor no olvides la presencia de Dios en tu vida, no rompas ni rechaces las cartas que el Creador te envía diariamente. Él cada día se toma tiempo para escribir a mano en las páginas de tu corazón una carta, una bella carta, que siempre finaliza con un “Yo te amo y siempre lo haré, nunca lo olvides".

ORACIÓN:

Padre, Hijo y Espíritu Santo, te pido perdón por todas esas veces en las que he decidido ignorarte para hacer mis planes, quiero entender que tú solo buscas mi bien, quieres darme vida eterna. No quiero seguir rechazando las cartas que escribes diariamente en mi corazón, por el contrario, quiero almacenarlas para leerlas en los momentos más difíciles de mi vida. Gracias porque este devocional es un medio por el cual me estás enviando una carta, quiero aprender a agradecer tu presencia. En el nombre de tu Hijo Jesús, amén.

Mañana veremos cómo estar conscientes de la presencia de Dios en nuestras vidas y saber cómo caminar en gratitud. Con amor, tu amigo Cris.