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Por la unidad

Dios ha entregado a cada uno de nosotros un regalo único. Su belleza radica en su propósito: servir a los demás y contribuir al crecimiento colectivo de la comunidad. Como cristianos, debemos reconocer, abrazar y nutrir nuestros dones espirituales para ayudar a extender el reino de Dios en la tierra. En este viaje, es esencial reconocer que, si bien algunos aspectos de nuestros dones pueden ser naturales para nosotros, todavía estamos llamados a practicarlos y fortalecerlos todos, no solo los que se nos facilitan.

Pablo, en sus cartas a los Efesios y Corintios, enfatiza lo importante que es para cada creyente usar sus dones espirituales al servicio de los demás. Esta idea se extiende a todos los aspectos de nuestra vida, ya sea que ofrezcamos misericordia, exhortación o apoyo. Al usar nuestros dones, creamos una interacción armoniosa entre dar y recibir, permitiendo que el cuerpo de Cristo funcione como una unidad cohesiva.

Para poner en práctica nuestros dones, primero debemos identificar nuestras fortalezas y áreas de dones espirituales. La autoconciencia resultante nos permite reconocer oportunidades para servir y nos capacita para caminar en nuestro propósito divino. Nuestros dones están destinados a ser compartidos, no escondidos. Dios nos ha dado estos dones y estamos llamados a beneficiar al mundo con ellos, así bendecimos a los demás e impactamos positivamente a quienes nos rodean.

Sin embargo, el proceso de dar y recibir no es una calle de un solo sentido. También debemos aprender a aceptar los regalos y el apoyo de los demás con humildad y gratitud. Esta reciprocidad permite que el cuerpo de Cristo funcione de manera eficiente, y que cada individuo contribuya con sus talentos y habilidades únicas a todo el colectivo. Por lo tanto, reconocemos la interconexión de nuestra comunidad y honramos la intención divina detrás de nuestros dones espirituales.

¿Cómo puedes usar tus dones espirituales únicos para servir a los demás? ¿Estás haciendo un buen uso de tus dones, o te estás conteniendo porque esperas la oportunidad «perfecta»? Puede que nunca haya un momento más oportuno que ahora. Por lo tanto, es tiempo de salir y usar los dones, abraza la doble vía de dar y recibir, y contribuye al crecimiento y unidad del cuerpo de Cristo.

Si deseas conocer más sobre este devocional, te invitamos a ver el video en inglés sobre el cual se basó este plan, Clic aquí