La Fe SalvaMuestra

¿Confías en Dios?

¿Alguna vez has sentido que no puedes estar a la altura por mucho que lo intentes? Quizás este sentimiento te puede resultar demasiado familiar. Es uno que yo conocía muy bien. Pensaba que, si hacía suficiente bien y me esforzaba lo necesario, podría ganarme el camino al cielo. Pero luego descubrí la verdad en Romanos 4.

En caso de que no hayas leído los primeros tres capítulos de Romanos, estos se encuentran llenos de malas noticias. Los capítulos uno al tres tratan del pecado y no son fáciles de leer; pero una vez que llegamos a Romanos 4, Pablo nos muestra cómo tener una relación con el Salvador. Aprendemos cómo nuestros pecados son perdonados y nos conecta con Dios a través de Jesucristo. No es por medio de obras, no es tratando de hacer más bien que mal o yendo a la iglesia con más frecuencia, no se trata de intentar ser menos egoísta o más generoso. Nada de eso nos permitirá ganarnos el camino al cielo. Más bien, la fe es lo que marca la diferencia en nuestras vidas. Pensé que se trataba de obras, pero me equivoqué, necesitaba confiar en Dios y creer que Jesucristo fue enviado para perdonar mis pecados y fortalecerme.

En los próximos días de este plan devocional profundizaremos en Romanos 4 y descubriremos más sobre vivir por fe. Veremos ejemplos de la vida de Abraham y cómo su fe contó como justicia. También exploraremos lo que significa tener fe en las promesas de Dios, incluso cuando parezcan imposibles.

Mientras nos sumergimos en Romanos 4 y exploramos lo que significa vivir por fe, debemos hacernos algunas preguntas desafiantes. ¿Confiamos en Dios o todavía estamos tratando de ganar su favor? ¿Estamos dispuestos a dejar de lado nuestros esfuerzos y rendirnos a su plan para nuestras vidas? ¿Qué promesas nos ha hecho Dios que nos cuesta creer?

Puede que estas preguntas no sean fáciles de responder, pero son importantes. Abordemos este viaje a través de Romanos 4 con mentes y corazones abiertos, listos para ser desafiados y transformados por el poder de la fe. Dejemos de lado nuestro esfuerzo y confiemos en Aquel que ya hizo todo por nosotros.