Salmo 26: La Determinación De Vivir en Integridad

Beneficios De Leer La Palabra

Pedro: Un Apóstol Con Sus Prioridades Claramente Definidas

No Tendrás Dioses Ajenos

21 Días De Ayuno Y Oración Con La Iglesia Transformation Church

Salmo 19: La suficiencia de la palabra de Dios

Criando Una Generación Que Conozca a Dios

Viviendo en Libertad, Viviendo Lleno Del Espíritu Santo

Avivando El Fuego

Las Promesas Pendientes

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkJHN">
 <div class="chapter ch18" data-usfm="JHN.18">
 <div class="label">18</div><div class="s">Arresto de Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 26.47-56; Mr. 14.43-50; Lc. 22.47-53)</div><div class="p"> 1Habiendo dicho Jes&#250;s estas cosas, sali&#243; con sus disc&#237;pulos al otro lado del torrente de Cedr&#243;n, donde hab&#237;a un huerto, en el cual entr&#243; con sus disc&#237;pulos. 2Y tambi&#233;n Judas, el que le entregaba, conoc&#237;a aquel lugar, porque muchas veces Jes&#250;s se hab&#237;a reunido all&#237; con sus disc&#237;pulos. 3Judas, pues, tomando una compa&#241;&#237;a de soldados, y alguaciles de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue all&#237; con linternas y antorchas, y con armas. 4Pero Jes&#250;s, sabiendo todas las cosas que le hab&#237;an de sobrevenir, se adelant&#243; y les dijo: &#191;A qui&#233;n busc&#225;is? 5Le respondieron: A Jes&#250;s nazareno. Jes&#250;s les dijo: Yo soy. Y estaba tambi&#233;n con ellos Judas, el que le entregaba. 6Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a tierra. 7Volvi&#243;, pues, a preguntarles: &#191;A qui&#233;n busc&#225;is? Y ellos dijeron: A Jes&#250;s nazareno. 8Respondi&#243; Jes&#250;s: Os he dicho que yo soy; pues si me busc&#225;is a m&#237;, dejad ir a estos; 9para que se cumpliese aquello que hab&#237;a dicho: De los que me diste, no perd&#237; ninguno. 10Entonces Sim&#243;n Pedro, que ten&#237;a una espada, la desenvain&#243;, e hiri&#243; al siervo del sumo sacerdote, y le cort&#243; la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11Jes&#250;s entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa#Mt. 26.39; Mr. 14.36; Lc. 22.42. que el Padre me ha dado, &#191;no la he de beber?</div><div class="s">Jes&#250;s ante el sumo sacerdote</div><div class="r">(Mt. 26.57-58; Mr. 14.53-54; Lc. 22.54)</div><div class="p"> 12Entonces la compa&#241;&#237;a de soldados, el tribuno y los alguaciles de los jud&#237;os, prendieron a Jes&#250;s y le ataron, 13y le llevaron primeramente a An&#225;s; porque era suegro de Caif&#225;s, que era sumo sacerdote aquel a&#241;o. 14Era Caif&#225;s el que hab&#237;a dado el consejo a los jud&#237;os, de que conven&#237;a que un solo hombre muriese por el pueblo.#Jn. 11.49-50.</div><div class="s">Pedro en el patio de An&#225;s</div><div class="r">(Mt. 26.69-70; Mr. 14.66-68; Lc. 22.55-57)</div><div class="p"> 15Y segu&#237;an a Jes&#250;s Sim&#243;n Pedro y otro disc&#237;pulo. Y este disc&#237;pulo era conocido del sumo sacerdote, y entr&#243; con Jes&#250;s al patio del sumo sacerdote; 16mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Sali&#243;, pues, el disc&#237;pulo que era conocido del sumo sacerdote, y habl&#243; a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17Entonces la criada portera dijo a Pedro: &#191;No eres t&#250; tambi&#233;n de los disc&#237;pulos de este hombre? Dijo &#233;l: No lo soy. 18Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que hab&#237;an encendido un fuego; porque hac&#237;a fr&#237;o, y se calentaban; y tambi&#233;n con ellos estaba Pedro en pie, calent&#225;ndose.</div><div class="s">An&#225;s interroga a Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)</div><div class="p"> 19Y el sumo sacerdote pregunt&#243; a Jes&#250;s acerca de sus disc&#237;pulos y de su doctrina. 20Jes&#250;s le respondi&#243;: Yo p&#250;blicamente he hablado al mundo; siempre he ense&#241;ado en la sinagoga y en el templo, donde se re&#250;nen todos los jud&#237;os, y nada he hablado en oculto. 21&#191;Por qu&#233; me preguntas a m&#237;? Pregunta a los que han o&#237;do, qu&#233; les haya yo hablado; he aqu&#237;, ellos saben lo que yo he dicho. 22Cuando Jes&#250;s hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba all&#237;, le dio una bofetada, diciendo: &#191;As&#237; respondes al sumo sacerdote? 23Jes&#250;s le respondi&#243;: Si he hablado mal, testifica en qu&#233; est&#225; el mal; y si bien, &#191;por qu&#233; me golpeas? 24An&#225;s entonces le envi&#243; atado a Caif&#225;s, el sumo sacerdote.</div><div class="s">Pedro niega a Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 26.71-75; Mr. 14.69-72; Lc. 22.58-62)</div><div class="p"> 25Estaba, pues, Pedro en pie, calent&#225;ndose. Y le dijeron: &#191;No eres t&#250; de sus disc&#237;pulos? &#201;l neg&#243;, y dijo: No lo soy. 26Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro hab&#237;a cortado la oreja, le dijo: &#191;No te vi yo en el huerto con &#233;l? 27Neg&#243; Pedro otra vez; y en seguida cant&#243; el gallo.</div><div class="s">Jes&#250;s ante Pilato</div><div class="r">(Mt. 27.1-2,11-31; Mr. 15.1-20; Lc. 23.1-5,13-25)</div><div class="p"> 28Llevaron a Jes&#250;s de casa de Caif&#225;s al pretorio. Era de ma&#241;ana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y as&#237; poder comer la pascua. 29Entonces sali&#243; Pilato a ellos, y les dijo: &#191;Qu&#233; acusaci&#243;n tra&#233;is contra este hombre? 30Respondieron y le dijeron: Si este no fuera malhechor, no te lo habr&#237;amos entregado. 31Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle seg&#250;n vuestra ley. Y los jud&#237;os le dijeron: A nosotros no nos est&#225; permitido dar muerte a nadie; 32para que se cumpliese la palabra que Jes&#250;s hab&#237;a dicho, dando a entender de qu&#233; muerte iba a morir.#Jn. 3.14; 12.32.</div><div class="p"> 33Entonces Pilato volvi&#243; a entrar en el pretorio, y llam&#243; a Jes&#250;s y le dijo: &#191;Eres t&#250; el Rey de los jud&#237;os? 34Jes&#250;s le respondi&#243;: &#191;Dices t&#250; esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de m&#237;? 35Pilato le respondi&#243;: &#191;Soy yo acaso jud&#237;o? Tu naci&#243;n, y los principales sacerdotes, te han entregado a m&#237;. &#191;Qu&#233; has hecho? 36Respondi&#243; Jes&#250;s: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelear&#237;an para que yo no fuera entregado a los jud&#237;os; pero mi reino no es de aqu&#237;. 37Le dijo entonces Pilato: &#191;Luego, eres t&#250; rey? Respondi&#243; Jes&#250;s: T&#250; dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. 38Le dijo Pilato: &#191;Qu&#233; es la verdad?</div><div class="p">Y cuando hubo dicho esto, sali&#243; otra vez a los jud&#237;os, y les dijo: Yo no hallo en &#233;l ning&#250;n delito. 39Pero vosotros ten&#233;is la costumbre de que os suelte uno en la pascua. &#191;Quer&#233;is, pues, que os suelte al Rey de los jud&#237;os? 40Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a este, sino a Barrab&#225;s. Y Barrab&#225;s era ladr&#243;n.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bk2CH">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="2CH.9">
 <div class="label">9</div><div class="s">La reina de Sab&#225; visita a Salom&#243;n</div><div class="r">(1 R. 10.1-13)</div><div class="p"> 1Oyendo la reina de Sab&#225;#Mt. 12.42; Lc. 11.31. la fama de Salom&#243;n, vino a Jerusal&#233;n con un s&#233;quito muy grande, con camellos cargados de especias arom&#225;ticas, oro en abundancia, y piedras preciosas, para probar a Salom&#243;n con preguntas dif&#237;ciles. Y luego que vino a Salom&#243;n, habl&#243; con &#233;l todo lo que en su coraz&#243;n ten&#237;a. 2Pero Salom&#243;n le respondi&#243; a todas sus preguntas, y nada hubo que Salom&#243;n no le contestase. 3Y viendo la reina de Sab&#225; la sabidur&#237;a de Salom&#243;n, y la casa que hab&#237;a edificado, 4y las viandas de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado de sus criados y los vestidos de ellos, sus maestresalas y sus vestidos, y la escalinata por donde sub&#237;a a la casa de Jehov&#225;, se qued&#243; asombrada.</div><div class="p"> 5Y dijo al rey: Verdad es lo que hab&#237;a o&#237;do en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabidur&#237;a; 6pero yo no cre&#237;a las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto; y he aqu&#237; que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabidur&#237;a me hab&#237;a sido dicha; porque t&#250; superas la fama que yo hab&#237;a o&#237;do. 7Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que est&#225;n siempre delante de ti, y oyen tu sabidur&#237;a. 8Bendito sea Jehov&#225; tu Dios, el cual se ha agradado de ti para ponerte sobre su trono como rey para Jehov&#225; tu Dios; por cuanto tu Dios am&#243; a Israel para afirmarlo perpetuamente, por eso te ha puesto por rey sobre ellos, para que hagas juicio y justicia. 9Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias arom&#225;ticas, y piedras preciosas; nunca hubo tales especias arom&#225;ticas como las que dio la reina de Sab&#225; al rey Salom&#243;n.</div><div class="p"> 10Tambi&#233;n los siervos de Hiram y los siervos de Salom&#243;n, que hab&#237;an tra&#237;do el oro de Ofir, trajeron madera de s&#225;ndalo, y piedras preciosas. 11Y de la madera de s&#225;ndalo el rey hizo gradas en la casa de Jehov&#225; y en las casas reales, y arpas y salterios para los cantores; nunca en la tierra de Jud&#225; se hab&#237;a visto madera semejante.</div><div class="p"> 12Y el rey Salom&#243;n dio a la reina de Sab&#225; todo lo que ella quiso y le pidi&#243;, m&#225;s de lo que ella hab&#237;a tra&#237;do al rey. Despu&#233;s ella se volvi&#243; y se fue a su tierra con sus siervos.</div><div class="s">Riquezas y fama de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 R. 10.14-29; 2 Cr. 1.14-17)</div><div class="p"> 13El peso del oro que ven&#237;a a Salom&#243;n cada a&#241;o, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro, 14sin lo que tra&#237;an los mercaderes y negociantes; tambi&#233;n todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra tra&#237;an oro y plata a Salom&#243;n. 15Hizo tambi&#233;n el rey Salom&#243;n doscientos paveses de oro batido, cada uno de los cuales ten&#237;a seiscientos siclos de oro labrado; 16asimismo trescientos escudos de oro batido, teniendo cada escudo trescientos siclos de oro; y los puso el rey en la casa del bosque del L&#237;bano. 17Hizo adem&#225;s el rey un gran trono de marfil, y lo cubri&#243; de oro puro. 18El trono ten&#237;a seis gradas, y un estrado de oro fijado al trono, y brazos a uno y otro lado del asiento, y dos leones que estaban junto a los brazos. 19Hab&#237;a tambi&#233;n all&#237; doce leones sobre las seis gradas, a uno y otro lado. Jam&#225;s fue hecho trono semejante en reino alguno. 20Toda la vajilla del rey Salom&#243;n era de oro, y toda la vajilla de la casa del bosque del L&#237;bano, de oro puro. En los d&#237;as de Salom&#243;n la plata no era apreciada. 21Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres a&#241;os sol&#237;an venir las naves de Tarsis, y tra&#237;an oro, plata, marfil, monos y pavos reales.</div><div class="p"> 22Y excedi&#243; el rey Salom&#243;n a todos los reyes de la tierra en riqueza y en sabidur&#237;a. 23Y todos los reyes de la tierra procuraban ver el rostro de Salom&#243;n, para o&#237;r la sabidur&#237;a que Dios le hab&#237;a dado. 24Cada uno de estos tra&#237;a su presente, alhajas de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, perfumes, caballos y mulos, todos los a&#241;os. 25Tuvo tambi&#233;n Salom&#243;n cuatro mil caballerizas para sus caballos y carros, y doce mil jinetes,#1 R. 4.26. los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusal&#233;n. 26Y tuvo dominio sobre todos los reyes desde el &#201;ufrates hasta la tierra de los filisteos, y hasta la frontera de Egipto.#Gn. 15.18; 1 R. 4.21. 27Y acumul&#243; el rey plata en Jerusal&#233;n como piedras,#Dt. 17.17. y cedros como los cabrah&#237;gos de la Sefela en abundancia. 28Tra&#237;an tambi&#233;n caballos para Salom&#243;n, de Egipto#Dt. 17.16. y de todos los pa&#237;ses.</div><div class="s">Muerte de Salom&#243;n</div><div class="r">(1 R. 11.41-43)</div><div class="p"> 29Los dem&#225;s hechos de Salom&#243;n, primeros y postreros, &#191;no est&#225;n todos escritos en los libros del profeta Nat&#225;n, en la profec&#237;a de Ah&#237;as silonita, y en la profec&#237;a del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat? 30Rein&#243; Salom&#243;n en Jerusal&#233;n sobre todo Israel cuarenta a&#241;os. 31Y durmi&#243; Salom&#243;n con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David su padre; y rein&#243; en su lugar Roboam su hijo.</div>
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 <div class="chapter ch10" data-usfm="2CH.10">
 <div class="label">10</div><div class="s">Rebeli&#243;n de Israel</div><div class="r">(1 R. 12.1-24)</div><div class="p"> 1Roboam fue a Siquem, porque en Siquem se hab&#237;a reunido todo Israel para hacerlo rey. 2Y cuando lo oy&#243; Jeroboam hijo de Nabat, el cual estaba en Egipto, adonde hab&#237;a huido a causa del rey Salom&#243;n, volvi&#243; de Egipto. 3Y enviaron y le llamaron. Vino, pues, Jeroboam, y todo Israel, y hablaron a Roboam, diciendo: 4Tu padre agrav&#243; nuestro yugo; ahora alivia algo de la dura servidumbre y del pesado yugo con que tu padre nos apremi&#243;, y te serviremos. 5Y &#233;l les dijo: Volved a m&#237; de aqu&#237; a tres d&#237;as. Y el pueblo se fue.</div><div class="p"> 6Entonces el rey Roboam tom&#243; consejo con los ancianos que hab&#237;an estado delante de Salom&#243;n su padre cuando viv&#237;a, y les dijo: &#191;C&#243;mo aconsej&#225;is vosotros que responda a este pueblo? 7Y ellos le contestaron diciendo: Si te condujeres humanamente con este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te servir&#225;n siempre. 8Mas &#233;l, dejando el consejo que le dieron los ancianos, tom&#243; consejo con los j&#243;venes que se hab&#237;an criado con &#233;l, y que estaban a su servicio. 9Y les dijo: &#191;Qu&#233; aconsej&#225;is vosotros que respondamos a este pueblo, que me ha hablado, diciendo: Alivia algo del yugo que tu padre puso sobre nosotros? 10Entonces los j&#243;venes que se hab&#237;an criado con &#233;l, le contestaron: As&#237; dir&#225;s al pueblo que te ha hablado diciendo: Tu padre agrav&#243; nuestro yugo, mas t&#250; disminuye nuestra carga. As&#237; les dir&#225;s: Mi dedo m&#225;s peque&#241;o es m&#225;s grueso que los lomos de mi padre. 11As&#237; que, si mi padre os carg&#243; de yugo pesado, yo a&#241;adir&#233; a vuestro yugo; mi padre os castig&#243; con azotes, y yo con escorpiones.</div><div class="p"> 12Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer d&#237;a, seg&#250;n el rey les hab&#237;a mandado diciendo: Volved a m&#237; de aqu&#237; a tres d&#237;as. 13Y el rey les respondi&#243; &#225;speramente; pues dej&#243; el rey Roboam el consejo de los ancianos, 14y les habl&#243; conforme al consejo de los j&#243;venes, diciendo: Mi padre hizo pesado vuestro yugo, pero yo a&#241;adir&#233; a vuestro yugo; mi padre os castig&#243; con azotes, mas yo con escorpiones. 15Y no escuch&#243; el rey al pueblo; porque la causa era de Dios, para que Jehov&#225; cumpliera la palabra que hab&#237;a hablado por Ah&#237;as silonita a Jeroboam hijo de Nabat.</div><div class="p"> 16Y viendo todo Israel que el rey no les hab&#237;a o&#237;do, respondi&#243; el pueblo al rey, diciendo: &#191;Qu&#233; parte tenemos nosotros con David? No tenemos herencia en el hijo de Isa&#237;. &#161;Israel, cada uno a sus tiendas!#2 S. 20.1. &#161;David, mira ahora por tu casa! As&#237; se fue todo Israel a sus tiendas. 17Mas rein&#243; Roboam sobre los hijos de Israel que habitaban en las ciudades de Jud&#225;. 18Envi&#243; luego el rey Roboam a Adoram, que ten&#237;a cargo de los tributos; pero le apedrearon los hijos de Israel, y muri&#243;. Entonces se apresur&#243; el rey Roboam, y subiendo en su carro huy&#243; a Jerusal&#233;n. 19As&#237; se apart&#243; Israel de la casa de David hasta hoy.</div>
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 <div class="chapter ch80" data-usfm="PSA.80">
 <div class="label">80</div><div class="s">S&#250;plica por la restauraci&#243;n</div><div class="d">Al m&#250;sico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf.</div><div class="q"> 1Oh Pastor de Israel, escucha;</div><div class="q">T&#250; que pastoreas como a ovejas a Jos&#233;,</div><div class="q">Que est&#225;s entre querubines,#Ex. 25.22. resplandece.</div><div class="q"> 2Despierta tu poder delante de Efra&#237;n, de Benjam&#237;n y de Manas&#233;s,</div><div class="q">Y ven a salvarnos.</div><div class="b"></div><div class="q"> 3Oh Dios, rest&#225;uranos;</div><div class="q">Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.</div><div class="b"></div><div class="q"> 4Jehov&#225;, Dios de los ej&#233;rcitos,</div><div class="q">&#191;Hasta cu&#225;ndo mostrar&#225;s tu indignaci&#243;n contra la oraci&#243;n de tu pueblo?</div><div class="q"> 5Les diste a comer pan de l&#225;grimas,</div><div class="q">Y a beber l&#225;grimas en gran abundancia.</div><div class="q"> 6Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos,</div><div class="q">Y nuestros enemigos se burlan entre s&#237;.</div><div class="b"></div><div class="q"> 7Oh Dios de los ej&#233;rcitos, rest&#225;uranos;</div><div class="q">Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.</div><div class="b"></div><div class="q"> 8Hiciste venir una vid de Egipto;</div><div class="q">Echaste las naciones, y la plantaste.</div><div class="q"> 9Limpiaste sitio delante de ella,</div><div class="q">E hiciste arraigar sus ra&#237;ces, y llen&#243; la tierra.</div><div class="q"> 10Los montes fueron cubiertos de su sombra,</div><div class="q">Y con sus sarmientos los cedros de Dios.</div><div class="q"> 11Extendi&#243; sus v&#225;stagos hasta el mar,</div><div class="q">Y hasta el r&#237;o sus renuevos.</div><div class="q"> 12&#191;Por qu&#233; aportillaste sus vallados,</div><div class="q">Y la vendimian todos los que pasan por el camino?</div><div class="q"> 13La destroza el puerco mont&#233;s,</div><div class="q">Y la bestia del campo la devora.</div><div class="b"></div><div class="q"> 14Oh Dios de los ej&#233;rcitos, vuelve ahora;</div><div class="q">Mira desde el cielo, y considera, y visita esta vi&#241;a,</div><div class="q"> 15La planta que plant&#243; tu diestra,</div><div class="q">Y el renuevo que para ti afirmaste.</div><div class="q"> 16Quemada a fuego est&#225;, asolada;</div><div class="q">Perezcan por la reprensi&#243;n de tu rostro.</div><div class="q"> 17Sea tu mano sobre el var&#243;n de tu diestra,</div><div class="q">Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.</div><div class="q"> 18As&#237; no nos apartaremos de ti;</div><div class="q">Vida nos dar&#225;s, e invocaremos tu nombre.</div><div class="q"> 19&#161;Oh Jehov&#225;, Dios de los ej&#233;rcitos, rest&#225;uranos!</div><div class="q">Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.</div>
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