El sembradorMuestra

LA SIEMBRA

Cuando has trabajado en tu terreno, aunque sea un poco, es hora de iniciar tu primera siembra. Es importante recordar que esto es un ciclo que se repite constantemente, aun cuando tengamos muchos años de haber entregado nuestra vida a Dios.

Siempre será necesario preparar nuestro terreno antes de sembrar. No esperes a tener un terreno perfecto para la siembra; simplemente se requiere de un terreno que haya iniciado una etapa de renuevo. La Palabra de Dios (la semilla) es resistente y agradecida con los terrenos que recién inician.

Algunos consejos para realizar una siembra exitosa:

i) Acércate a la iglesia: Una comunidad de personas imperfectas que buscan ser un poco mejor cada día, eso es para mí la iglesia. Un lugar donde, al involucrarte, puedes encontrar grandes amigos; así como personas que te ayudarán a hacer las buenas obras que Dios manda. Acércate a un lugar donde sientes en tu corazón que la presencia de Dios está ahí; no necesariamente el lugar más grande o bonito, sino el lugar donde sientes alegría y paz.

ii) Escucha, lee y estudia la palabra de Dios: Hay tres cosas maravillosas que me sorprenden de la palabra de Dios...

• Fue inspirada por el mismo creador del universo, por quien formó las entrañas de nuestros cuerpos y en quien podemos confiar plenamente sin temor a ser rechazados.
• Está escrito que la Palabra de Dios tiene vida y poder. Esto implica que no es un libro histórico, sino que se renueva para dar una guía en los tiempos conflictivos en los que estamos, convirtiéndose en la principal arma para transformar un terreno estéril en tierra fértil.
• Finalmente, la Palabra de Dios es una lámpara que ilumina nuestro camino, y es lo mejor que puedes utilizar cuando atraviesas esos momentos difíciles y de oscuridad en tu vida; cuando sientes que no sabes hacia dónde vas ni qué camino tomar.

iii) Pon en práctica la Palabra de Dios: Si realizas el paso 1 y 2 pero no lo pones en práctica, valdrá de muy poco y te convertirás en el hombre imprudente que menciona Jesús, el cual construye su casa sobre la arena y las lluvias, ríos y vientos; los cuales representan las dificultades de la vida. Simplemente, destruirán todo lo construido. Sin embargo, al poner en práctica todo lo aprendido, estarás construyendo tu vida sobre la roca que es Jesucristo, e igualmente pasarás por las dificultades, pero saldrás victorioso.

iv) Abona diariamente tu terreno y nutre cada semilla recibida. Acércate en oración todos los días y declara cambios en tu vida. Pide fuerzas para continuar y nunca rendirte. Haz cambios en tu rutina y hábitos, comparte más tiempo en familia, tómate un café con tu padre, practica deporte y pronto quienes te rodean verán el cambio.

v) Purifica tu mente y alma, porque el enemigo no se rendirá tan fácilmente. Cada día debes llenar tu mente y alma de la presencia de Dios, cambiando tu forma de pensar y actuar. Una persona abatida por el ajetreo del contexto actual encontrará una paz nunca experimentada cuando ingrese en las aguas del Espíritu Santo.

ORACIÓN

Padre ayúdame a sembrar constantemente buena semilla, a lograr la perseverancia y disciplina que mi tierra necesita para ser transformada según tú palabra. Amén