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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkJOL">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="JOL.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Devastaci&#243;n de la tierra por la langosta</div><div class="p"> 1Palabra de Jehov&#225; que vino a Joel, hijo de Petuel.</div><div class="p"> 2O&#237;d esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la tierra. &#191;Ha acontecido esto en vuestros d&#237;as, o en los d&#237;as de vuestros padres? 3De esto contar&#233;is a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generaci&#243;n. 4Lo que qued&#243; de la oruga comi&#243; el salt&#243;n, y lo que qued&#243; del salt&#243;n comi&#243; el revolt&#243;n; y la langosta comi&#243; lo que del revolt&#243;n hab&#237;a quedado.</div><div class="p"> 5Despertad, borrachos, y llorad; gemid, todos los que beb&#233;is vino, a causa del mosto, porque os es quitado de vuestra boca. 6Porque pueblo fuerte e innumerable subi&#243; a mi tierra; sus dientes son dientes de le&#243;n,#Ap. 9.8. y sus muelas, muelas de le&#243;n. 7Asol&#243; mi vid, y descortez&#243; mi higuera; del todo la desnud&#243; y derrib&#243;; sus ramas quedaron blancas.</div><div class="p"> 8Llora t&#250; como joven vestida de cilicio por el marido de su juventud. 9Desapareci&#243; de la casa de Jehov&#225; la ofrenda y la libaci&#243;n; los sacerdotes ministros de Jehov&#225; est&#225;n de duelo. 10El campo est&#225; asolado, se enlut&#243; la tierra; porque el trigo fue destruido, se sec&#243; el mosto, se perdi&#243; el aceite.</div><div class="p"> 11Confund&#237;os, labradores; gemid, vi&#241;eros, por el trigo y la cebada, porque se perdi&#243; la mies del campo. 12La vid est&#225; seca, y pereci&#243; la higuera; el granado tambi&#233;n, la palmera y el manzano; todos los &#225;rboles del campo se secaron, por lo cual se extingui&#243; el gozo de los hijos de los hombres.</div><div class="p"> 13Ce&#241;&#237;os y lamentad, sacerdotes; gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la ofrenda y la libaci&#243;n.</div><div class="p"> 14Proclamad ayuno, convocad a asamblea; congregad a los ancianos y a todos los moradores de la tierra en la casa de Jehov&#225; vuestro Dios, y clamad a Jehov&#225;.</div><div class="p"> 15&#161;Ay del d&#237;a! porque cercano est&#225; el d&#237;a de Jehov&#225;, y vendr&#225; como destrucci&#243;n por el Todopoderoso.#Is. 13.6. 16&#191;No fue arrebatado el alimento de delante de nuestros ojos, la alegr&#237;a y el placer de la casa de nuestro Dios?</div><div class="p"> 17El grano se pudri&#243; debajo de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfol&#237;es destruidos; porque se sec&#243; el trigo. 18&#161;C&#243;mo gimieron las bestias! &#161;Cu&#225;n turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no tuvieron pastos! Tambi&#233;n fueron asolados los reba&#241;os de las ovejas.</div><div class="p"> 19A ti, oh Jehov&#225;, clamar&#233;; porque fuego consumi&#243; los pastos del desierto, y llama abras&#243; todos los &#225;rboles del campo. 20Las bestias del campo bramar&#225;n tambi&#233;n a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumi&#243; las praderas del desierto.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch2" data-usfm="JOL.2">
 <div class="label">2</div><div class="p"> 1Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el d&#237;a de Jehov&#225;, porque est&#225; cercano. 2D&#237;a de tinieblas y de oscuridad, d&#237;a de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba, as&#237; vendr&#225; un pueblo grande y fuerte; semejante a &#233;l no lo hubo jam&#225;s, ni despu&#233;s de &#233;l lo habr&#225; en a&#241;os de muchas generaciones.</div><div class="p"> 3Delante de &#233;l consumir&#225; fuego, tras de &#233;l abrasar&#225; llama; como el huerto de Ed&#233;n ser&#225; la tierra delante de &#233;l, y detr&#225;s de &#233;l como desierto asolado; ni tampoco habr&#225; quien de &#233;l escape. 4Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correr&#225;n. 5Como estruendo de carros saltar&#225;n sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.#Ap. 9.7-9. 6Delante de &#233;l temer&#225;n los pueblos; se pondr&#225;n p&#225;lidos todos los semblantes. 7Como valientes correr&#225;n, como hombres de guerra subir&#225;n el muro; cada cual marchar&#225; por su camino, y no torcer&#225; su rumbo. 8Ninguno estrechar&#225; a su compa&#241;ero, cada uno ir&#225; por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herir&#225;n. 9Ir&#225;n por la ciudad, correr&#225;n por el muro, subir&#225;n por las casas, entrar&#225;n por las ventanas a manera de ladrones.</div><div class="p"> 10Delante de &#233;l temblar&#225; la tierra, se estremecer&#225;n los cielos; el sol y la luna se oscurecer&#225;n, y las estrellas retraer&#225;n su resplandor.#Ap. 8.12. 11Y Jehov&#225; dar&#225; su orden delante de su ej&#233;rcito; porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el d&#237;a de Jehov&#225;, y muy terrible; &#191;qui&#233;n podr&#225; soportarlo?#Ap. 6.17.</div><div class="s">La misericordia de Jehov&#225;</div><div class="p"> 12Por eso pues, ahora, dice Jehov&#225;, convert&#237;os a m&#237; con todo vuestro coraz&#243;n, con ayuno y lloro y lamento. 13Rasgad vuestro coraz&#243;n, y no vuestros vestidos, y convert&#237;os a Jehov&#225; vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo. 14&#191;Qui&#233;n sabe si volver&#225; y se arrepentir&#225; y dejar&#225; bendici&#243;n tras de &#233;l, esto es, ofrenda y libaci&#243;n para Jehov&#225; vuestro Dios?</div><div class="p"> 15Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. 16Reunid al pueblo, santificad la reuni&#243;n, juntad a los ancianos, congregad a los ni&#241;os y a los que maman, salga de su c&#225;mara el novio, y de su t&#225;lamo la novia. 17Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehov&#225;, y digan: Perdona, oh Jehov&#225;, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se ense&#241;oreen de ella. &#191;Por qu&#233; han de decir entre los pueblos: D&#243;nde est&#225; su Dios?</div><div class="p"> 18Y Jehov&#225;, sol&#237;cito por su tierra, perdonar&#225; a su pueblo. 19Responder&#225; Jehov&#225;, y dir&#225; a su pueblo: He aqu&#237; yo os env&#237;o pan, mosto y aceite, y ser&#233;is saciados de ellos; y nunca m&#225;s os pondr&#233; en oprobio entre las naciones. 20Y har&#233; alejar de vosotros al del norte, y lo echar&#233; en tierra seca y desierta; su faz ser&#225; hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalar&#225; su hedor, y subir&#225; su pudrici&#243;n, porque hizo grandes cosas.</div><div class="p"> 21Tierra, no temas; al&#233;grate y g&#243;zate, porque Jehov&#225; har&#225; grandes cosas. 22Animales del campo, no tem&#225;is; porque los pastos del desierto reverdecer&#225;n, porque los &#225;rboles llevar&#225;n su fruto, la higuera y la vid dar&#225;n sus frutos. 23Vosotros tambi&#233;n, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehov&#225; vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y har&#225; descender sobre vosotros lluvia temprana y tard&#237;a como al principio. 24Las eras se llenar&#225;n de trigo, y los lagares rebosar&#225;n de vino y aceite. 25Y os restituir&#233; los a&#241;os que comi&#243; la oruga, el salt&#243;n, el revolt&#243;n y la langosta, mi gran ej&#233;rcito que envi&#233; contra vosotros.</div><div class="p"> 26Comer&#233;is hasta saciaros, y alabar&#233;is el nombre de Jehov&#225; vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jam&#225;s ser&#225; mi pueblo avergonzado. 27Y conocer&#233;is que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehov&#225; vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jam&#225;s ser&#225; avergonzado.</div><div class="s">Derramamiento del Esp&#237;ritu de Dios</div><div class="p"> 28Y despu&#233;s de esto derramar&#233; mi Esp&#237;ritu sobre toda carne, y profetizar&#225;n vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos so&#241;ar&#225;n sue&#241;os, y vuestros j&#243;venes ver&#225;n visiones. 29Y tambi&#233;n sobre los siervos y sobre las siervas derramar&#233; mi Esp&#237;ritu en aquellos d&#237;as.</div><div class="p"> 30Y dar&#233; prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31El sol se convertir&#225; en tinieblas, y la luna en sangre,#Mt. 24.29; Mr. 13.24-25; Lc. 21.25; Ap. 6.12-13. antes que venga el d&#237;a grande y espantoso de Jehov&#225;. 32Y todo aquel que invocare el nombre de Jehov&#225; ser&#225; salvo;#Hch. 2.17-21.#Ro. 10.13. porque en el monte de Sion y en Jerusal&#233;n habr&#225; salvaci&#243;n, como ha dicho Jehov&#225;, y entre el remanente al cual &#233;l habr&#225; llamado.</div>
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 <div class="book bk1JN">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="1JN.3">
 <div class="label">3</div><div class="s">Hijos de Dios</div><div class="p"> 1Mirad cu&#225;l amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;#Jn. 1.12. por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoci&#243; a &#233;l. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y a&#250;n no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando &#233;l se manifieste, seremos semejantes a &#233;l, porque le veremos tal como &#233;l es. 3Y todo aquel que tiene esta esperanza en &#233;l, se purifica a s&#237; mismo, as&#237; como &#233;l es puro.</div><div class="p"> 4Todo aquel que comete pecado, infringe tambi&#233;n la ley; pues el pecado es infracci&#243;n de la ley. 5Y sab&#233;is que &#233;l apareci&#243; para quitar nuestros pecados,#Jn. 1.29. y no hay pecado en &#233;l. 6Todo aquel que permanece en &#233;l, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 7Hijitos, nadie os enga&#241;e; el que hace justicia es justo, como &#233;l es justo. 8El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareci&#243; el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. 9Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en &#233;l; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.</div><div class="p"> 11Porque este es el mensaje que hab&#233;is o&#237;do desde el principio: Que nos amemos unos a otros.#Jn. 13.34. 12No como Ca&#237;n, que era del maligno y mat&#243; a su hermano.#Gn. 4.8. &#191;Y por qu&#233; causa le mat&#243;? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13Hermanos m&#237;os, no os extra&#241;&#233;is si el mundo os aborrece. 14Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida,#Jn. 5.24. en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sab&#233;is que ning&#250;n homicida tiene vida eterna permanente en &#233;l. 16En esto hemos conocido el amor, en que &#233;l puso su vida por nosotros; tambi&#233;n nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra &#233;l su coraz&#243;n, &#191;c&#243;mo mora el amor de Dios en &#233;l? 18Hijitos m&#237;os, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.</div><div class="p"> 19Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de &#233;l; 20pues si nuestro coraz&#243;n nos reprende, mayor que nuestro coraz&#243;n es Dios, y &#233;l sabe todas las cosas. 21Amados, si nuestro coraz&#243;n no nos reprende, confianza tenemos en Dios; 22y cualquiera cosa que pidi&#233;remos la recibiremos de &#233;l, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de &#233;l. 23Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.#Jn. 13.34; 15.12,17. 24Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en &#233;l. Y en esto sabemos que &#233;l permanece en nosotros, por el Esp&#237;ritu que nos ha dado.</div>
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Devocional Del Día | DiciembreMuestra

Amarnos unos a otros

Escrituras

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