Él Nos Entiende: Jesús Y La Alegría | Plan 6Muestra
La obra de la alegría o de los momentos alegres en la vida de Jesús
La historia de las bodas de Caná se ha popularizado como el lugar donde Jesús realizó su primer milagro documentado —el lugar donde convirtió el agua en vino—.
A menudo, algunas cosas pasan desapercibidas al contar esta historia o al predicar un sermón. Una de ellas es que Jesús y algunos de sus amigos fueron invitados a una boda. El simple hecho de que asistiera a una boda es extraordinario, y no porque haya nada increíble en asistir a una boda. Las bodas eran tan comunes en aquel entonces como lo son ahora. Es el hecho de ver a Jesús haciendo algo que muchos de nosotros hacemos por diversión lo que es un hermoso recordatorio para todos nosotros.
En la época de Jesús, las bodas no eran eventos de uno o dos días como se acostumbra en los Estados Unidos. Frecuentemente se llevaban a cabo durante varios días con una alegre celebración. Es muy probable que Jesús se estuviera divirtiendo como la gente suele hacerlo en las bodas. Jesús también se soltaba.
Pero el verdadero momento de alegría en esta celebración no era la boda en sí, sino que se revela en la forma en que Jesús le responde a su madre.
Imagínate: estás en una boda pasándola increíble. La música suena. La gente baila. La atmósfera es perfecta. Y entonces, justo cuando el ambiente de la boda está en su punto máximo, el vino se acaba. Ves al anfitrión entrar en pánico porque ya no queda ni una sola botella. La gente podría irse. Su reputación está en juego.
La madre de Jesús, consciente do que su hijo tenía la capacidad de mantener la celebración en marcha, se dirige a él y le pide más vino. Al principio, Jesús se niega. Todavía no le interesa que la gente sepa quién es Él ni lo que puede hacer. Pero, se trataba de su madre. ¿Quién puede decirle que no a su madre? ¿Cierto?
Jesús no pierde la calma. No arma un escándalo, no llama la atención ni se enfrenta su madre. Él mantiene la calma y responde a su solicitud.
Esta es la obra de la alegría.
La palabra griega para alegría es «chara». Que significa «deleite tranquilo.» La alegría reside justo en el centro de una persona, ayudándola a navegar las tormentas cuando las aguas están agitadas y cuando la vida nos demanda lo que preferiríamos rechazar. Es algo profundo y constante que llevamos dentro. La alegría no es un sentimiento de reacción, es más un modo de vida o una reserva dentro de nosotros mismos.
Hay una manera en que la alegría funciona dentro de ti y también hay una manera de adquirirla. La alegría no es algo que Jesús simplemente adquirió por causalidad. Es probablemente algo en lo que trabajó. ¿Cómo pudo este hombre, quien constantemente se enfrentaba a personas que se sentían amenazadas por él, vivir una vida llena de alegría?
En este plan, vamos a explorar cómo vivía Jesús y cómo cultivaba una vida de alegría. Veremos las historias que aprendió y las que contó, las cuales le daban la fuerza para sobrepasar momentos difíciles. Veremos cómo encontraba alegría en el descanso y cómo se regocijaba cuando las vidas de las personas cambiaban para mejor.
Considera lo siguiente:
- Piensa en un momento en el que experimentaste la mayor alegría, ¿qué estabas haciendo? ¿Quién estaba contigo? ¿Qué lo hacía tan alegre?
- ¿Existen cosas que te roban la alegría?
Escrituras
Acerca de este Plan
En este plan, exploraremos la palabra alegría, frecuentemente malentendida, y veremos cómo Jesús la veía y priorizaba en su vida. En una cultura impulsada por una productividad frenética, Jesús acogía momentos frecuentes de descanso y conexión. En tiempos particularmente difíciles, fueron los momentos de descanso alegre los que lo ayudaron a sobrepasar momentos difíciles.
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Nos gustaría agradecer a HeGetsUs.com por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://hegetsus.com/es