Lisiado pero no derrotadoMuestra

Mi condición no limita el llamado que Dios tiene para mi.

7 ¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey.

Mefiboset se inclinó respetuosamente y exclamó: —¿Quién es su siervo para que le muestre tal bondad a un perro muerto como yo?”.

Hay veces que Dios quiere usarnos para recibir alguna bendición o para ser de bendición para los demás pero muchas veces la vergüenza o el dolor empiezan hablar por nosotros tanto que nos podemos llegar a considerar como “un perro muerto”:

“Todo va muy bien en mi vida, algo malo va a pasar”.

“No me lo merezco porque he fallado”.

“No puedo venir a la iglesia porque estoy en pecado".

Mefiboset dejó que su vergüenza hablara delante del rey pero esto vuela mi cabeza porque el Rey lo dejo hablar en su ignorancia porque el Rey sabia el valor de Mefiboset no por su apariencia sino por lo que estaba dentro de él (su corazón). Así como Dios sabe tu valor, tanto que Él te invita a comer a su mesa.

La razón de que esto vuele mi cabeza es que la condición de Mefiboset era que él estaba lisiado (de sus rodillas) pero al momento de el sentarse a la mesa del Rey, su condición era cubierta por la mesa del mismo y eso se llama Gracia.

"La Gracia de Dios cubre tus heridas porque lo que el enemigo quiso utilizar para descalificarte Dios lo va a usar para darte un mayor valor".

Y ojo, corremos el error de confundir un regalo inmerecido con apariencia; muchos buscamos construir nuestras propias mesas con dinero, aparentando que todo esta bien pero el error y/o la falla se sigue viendo, sino es hasta que entramos en la Gracia que Dios nos ha dado que el error se cubre por completo.