Con Asombro y AdmiraciónMuestra

Amnesia espiritual

¿Cuántas veces hemos visto al pueblo de Dios equivocándose cabalmente? Ven a Dios en acción. Dios se revela a través de acciones sobrenaturales, provisión, protección y bendición. El pueblo de Dios le alaba por un momento y luego su atención es captada por otra cosa. Sufren de amnesia espiritual o un poco de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Su gratitud se desvanece. Entregan su corazón a algo menor.

Piensa solo por un momento en Israel. Si empiezas en el libro de Jueces y repasas la primer y segunda carta de Reyes, verás que algo ocurre una y otra vez. Es un ciclo. No es un buen ciclo; más bien, es una rueda de hámster. Un juez o rey se levantaba y honraba a Dios, y el pueblo vivía con el favor y la bendición de Dios. Luego, otro juez o rey se alzaba y llevaba al pueblo a hacer lo que era correcto a sus propios ojos. Así pues, la nación tuvo que vivir con las consecuencias de su insensatez y bajo el castigo de Dios, por tratarle como opcional y volverse demasiado indiferentes con Él. Pasaron por alto el hecho de que Él es el sentido de todo.

¡Con qué rapidez nos falla la memoria! ¡Con qué rapidez nos centramos y nos ocupamos de nosotros mismos! Olvidamos la grandeza, la bondad y el amor de Dios. Cuando Israel servía a Dios, prosperaba. Sin embargo, una y otra vez se alejaban y adoraban a los ídolos. Parece que padecemos la misma enfermedad. Necesitamos ver correctamente quién es Dios y discernir lo que Él quiere, para responderle con asombro y admiración, el tipo de asombro que nos lleva al arrepentimiento y la obediencia.

Entonces, ¿Cómo percibimos a Dios? ¿Cómo le vemos? ¿Buscamos a Dios o solo cuidamos nuestros propios intereses? Aquel que creó y sostiene todas las cosas nos conoce y nos ama. Es plenamente consciente de cada detalle de nuestras vidas. ¿Qué quiere un Dios así de personas como nosotros? Quiere que nuestro corazón esté alineado con el suyo. Quiere nuestra confianza. Quiere nuestra obediencia. ¿Por qué? Él nos creó con un propósito. Jesús vino a darnos vida abundante, no una vida a medias. Él es tan generoso, tan amoroso y sabio. Quiere hacer cosas en nosotros y a través de nosotros para transformar este mundo en su reino. Eso es lo que Dios quiere para nosotros.

Dios, por favor, ayúdame a buscarte con todo mi corazón.