Comprendiendo la voluntad de DiosMuestra
En el día 1 de este Plan, vimos de cómo la voluntad de Dios para nuestras vidas es que seamos semejantes a Cristo, y cómo todos estamos llamados a buscar primero el reino de Dios y su justicia, y si hacemos eso, todas las demás cosas que nos preocupan en nuestras vidas, serán solucionadas.
En el día 2, vimos cómo los apóstoles experimentaron la voluntad de Dios, buscándolo a Él primero, y luego simplemente dando pasos de fe al hacer cosas, y vimos al Espíritu Santo guiándolos mientras estaban en movimiento.
También vimos cómo es que podemos buscar primero a Dios, pasando más tiempo en oración, pidiendo a otros que oren por nosotros, recibiendo consejo de otros y buscando su voluntad a través de su Palabra.
Ahora, es fácil llegado el momento decir: “¡bien!, si entiendo la voluntad de Dios, finalmente podré hacer lo correcto y lo mejor para mí”. El problema es que no siempre es así.
Verás, nosotros creemos que el problema es que no conocemos o comprendemos la voluntad de Dios, pero muchas veces el problema es que sí conocemos la voluntad de Dios, la descubrimos, la entendemos pero, simplemente no nos gusta.
Muchos de nosotros leemos la Palabra de Dios o comprendemos su voluntad específica para nuestras vidas, pero sólo decimos: “De ninguna manera, no puede ser eso, es demasiado difícil”.
Empezamos a tener pensamientos que nos dicen: ‘Eso es demasiado como para rendirse’, o tal vez: ‘No, eso no puede ser de Dios. Dios no querría eso. Dios no quiso decir eso realmente, ¿verdad?’ O “La Biblia es un libro obsoleto; ya no rige para la cultura actual.”
Terminamos llamando a esos pasajes de las Escrituras como los pasajes problemáticos, y terminamos confiando más en nuestros corazones que en Dios.
Ahora, puede sonar bien, pero en realidad no lo es. Verás, nadie en tu vida te decepcionará tanto como tu propio corazón.
Esta es la cuestión: mientras estés vivo, tú y Dios nunca estarán de acuerdo en todo. Si Dios está de acuerdo en todo contigo, entonces tienes un concepto errado de Dios.
Piénsalo. Si estás leyendo este Plan bíblico, puede que tengas alrededor de 20 años, 30, 40, 50 o incluso 60 años.
Dios es eterno; Él no tiene principio; Él es el principio. Él es infinitamente sabio, todopoderoso y omnisciente.
¿Realmente crees que si existe un Dios infinitamente sabio, todopoderoso, y omnisciente que ha estado gobernando el universo desde el principio de los tiempos, no habrán cosas en las que tú y Él no estén de acuerdo?
Y en esos casos de desacuerdo, ¿quién crees que tendrá la razón?
Te puede atemorizar seguir a Dios u obedecer su Palabra, especialmente cuando no lo entendemos. Pero debemos recordar que sus caminos son mucho más altos, sus pensamientos son mucho más sabios y que sencillamente hay cosas que Él sabe y nosotros no. Y todo lo que hace, lo hace por amor.
Charles Spurgeon lo expresó así:
Dios es demasiado bueno como para ser cruel y es demasiado sabio como para equivocarse. Y cuando no podemos ver su mano, debemos confiar en su corazón.
Entonces, tal vez es hora de que comencemos a confiar en Dios más que en nosotros mismos, confiar en que Él tiene los mejores beneficios para nosotros, incluso cuando no lo entendemos.
Quizás es hora que reconozcamos el verdadero problema: no es que no entendamos la voluntad de Dios, sino que la entendemos y francamente no nos gusta. Y en estos casos, el problema no es de Él, sino de nosotros.
Y podemos pedirle que nos ayude. Podemos pedirle que esté con nosotros mientras luchamos con esto y que nos ayude a creer. Y podemos confiar en que, en su amor, Él hará precisamente eso.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Alguna vez has estado en un lugar donde te has sentido confundido respecto a cuál es la voluntad de Dios en una situación determinada? Este Plan de 3 días explora cómo podemos descubrir su voluntad, tanto su voluntad general, como su voluntad específica para nuestras vidas.
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