Límites en El MatrimonioMuestra

Los límites tienen formas y tamaños diferentes. Si he plantado tomates y mi principal preocupación son los conejos a los que les gusta masticar las hojas, entonces mi barrera puede tener unos 30 cm de altura. Si trato de proteger mi jardín de intrusos, puede que ponga una valla de metro y medio o metro y medio de altura. En mi casa, tengo puertas que se cierran con llave.

El valor de lo que quiero proteger determina el tamaño del límite que pongo. Mi matrimonio y mi familia valen mucho más que mis tomates, y las "plagas" que los acechan; requieren mucha más intención para protegerlos. Una vez más, nos fijamos en las palabras que Jesús pronunció en Marcos 10, que afirman el plan de Dios para el matrimonio, que el matrimonio está destinado a unir a dos en uno. Esto requiere alinear nuestras vidas con la visión de Dios para nuestro matrimonio, y proteger nuestro matrimonio con los límites necesarios.

En nuestro matrimonio tenemos unos límites que algunos consideran una locura. Nunca jamás estamos solos con el sexo opuesto. Nada de comidas de trabajo, nada de quedarse hasta tarde en la oficina a solas con un compañero del sexo opuesto, nada de paseos aquí o allá. Simplemente no vale la pena el riesgo potencial. La sabiduría implica no perder de vista lo más importante, no lo que parece normal. Así es como marcamos nuestro camino y nos mantenemos en la senda que conduce a un matrimonio sano.

Tampoco acordamos nunca planes sin hablarlo con el otro. Algo tan sencillo como comer con la familia siempre se discute. ¿Por qué? Porque el tiempo que pasamos juntos es importante y si nos comprometemos demasiado con un horario que no nos deja tiempo para nosotros y nuestros hijos, entonces tiene que haber algo que nos haga responsables de dedicarnos el uno al otro en primer lugar.

La dinámica de tu familia puede ser diferente a la mía, y tus prioridades para el tiempo que pasan juntos puede ser más fácil de navegar. En cualquier caso, tiene que haber límites para proteger lo que importa, ¡y tu matrimonio importa!

Tal vez es tu agenda, tal vez son sus cuentas de redes sociales, tal vez son las relaciones que simplemente no sirven a tu matrimonio. Está bien echar un vistazo a las áreas que necesitan atención y decidir hacer un cambio.

Oración:

Querido Señor, gracias por un matrimonio que tiene valor y vale la pena proteger. Te pedimos que seamos capaces de invertir en él y protegerlo. Te pedimos que, en un espíritu de amor y humildad, seamos capaces de ponernos de acuerdo sobre algunos límites saludables para nuestros calendarios, relaciones y aficiones.