30 Días Derrotando Al Archienemigo De Nuestras Finanzas (Mammón)Muestra

DONACIONES QUE ACTIVAN

He aprendido que nadie le gana a Dios cuando se trata de dar, porque Él nos ha dado algo que no tiene precio, la salvación a través de Jesucristo. Pero cuando damos algo económico movidos por Él, recibimos su favor y a veces incluso más. Yo he tenido la experiencia de dar algo y al final del día recibir de vuelta unas cuantas veces más.

Obviamente, a la luz de la lectura adecuada de las Escrituras, concluimos que no damos para recibir. Esa no puede ser nuestra máxima motivación. Pero en la economía del cielo, cuando damos, recibimos. Después de todo: "¡Nadie le gana a Dios!". Pablo, en 2 Corintios 9, afirma que cuando sembramos, cosechamos. El contexto de la carta en este punto es una ofrenda misionera, un tipo de ofrenda de aquellas que activan las bendiciones. Hay ofrendas activadoras en la Biblia como, dar a los pobres, dar a los misioneros, dar para la expansión del Reino, entre otras.

Independientemente del propósito de la ofrenda, si el Espíritu Santo te pide y lo haces, sin duda crecerás en tu obediencia y dependencia del Padre. La experiencia de la cosecha nos muestra que Dios no necesita nuestro dinero, pero sí crea oportunidades para romper la tendencia a retener y aun así nos bendice. De hecho Su amor nos impacta. Hay muchos inversores financieros que aún no han entendido esta lección básica de las Escrituras. Quien planta, cosecha Quien planta constantemente, cosecha ¡en todas las estaciones!

Comprenda que: Nadie gana de Dios. Cree en la ley espiritual de la siembra.