Siete oraciones sencillas diariasMuestra
"Dame tu poder"
“Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; da tu poder a tu siervo (Salmos 86:16, LBLA).
Algunos de nosotros no necesitamos ser convencidos para trabajar. Nos levantamos listos para afrontar nuestra lista de quehaceres y conquistar el mundo. Solo nos olvidamos de solicitar ayuda, o de servir en el poder de nadie que no seamos nosotros mismos. Esa clase de esfuerzo puede funcionar por un tiempo, pero eventualmente nuestras fuerzas se agotan y solo quedamos con resultados pequeños y de poca duración. “Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor” (Salmos 127:2, LBLA).
Junto con nuestras oraciones pidiendo guía y dirección, necesitamos los recursos físicos y espirituales para caminar y funcionar bien. Nada de valor real, espiritual y duradero sucede en nuestras fuerzas. “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmos 127:1, LBLA).
Trabajemos duro, pero nunca en nuestras propias fuerzas. Trabajemos en las fuerzas que Él brinda, y dejemos que Él tenga toda la gloria que merece. Dios nunca prestará su poder a sueños egoístas o materialistas, pero nos dará un poder sobrenatural para servir. Él nos dará el coraje y resolución para entregar nuestra vida por los demás en el nombre de Jesús.
“Vuélvete hacia mí, y tenme piedad; da tu poder a tu siervo (Salmos 86:16, LBLA).
Algunos de nosotros no necesitamos ser convencidos para trabajar. Nos levantamos listos para afrontar nuestra lista de quehaceres y conquistar el mundo. Solo nos olvidamos de solicitar ayuda, o de servir en el poder de nadie que no seamos nosotros mismos. Esa clase de esfuerzo puede funcionar por un tiempo, pero eventualmente nuestras fuerzas se agotan y solo quedamos con resultados pequeños y de poca duración. “Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor” (Salmos 127:2, LBLA).
Junto con nuestras oraciones pidiendo guía y dirección, necesitamos los recursos físicos y espirituales para caminar y funcionar bien. Nada de valor real, espiritual y duradero sucede en nuestras fuerzas. “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia” (Salmos 127:1, LBLA).
Trabajemos duro, pero nunca en nuestras propias fuerzas. Trabajemos en las fuerzas que Él brinda, y dejemos que Él tenga toda la gloria que merece. Dios nunca prestará su poder a sueños egoístas o materialistas, pero nos dará un poder sobrenatural para servir. Él nos dará el coraje y resolución para entregar nuestra vida por los demás en el nombre de Jesús.
Acerca de este Plan
La falta de oración es el enemigo de la verdadera felicidad. Despertamos cada día, decimos las mismas oraciones y nos preguntamos por qué no se siente más real, que cambie nuestra vida. Podemos sabernos de memoria el Padrenuestro, pero esos cinco versos no son la única guía que nos ayuda a orar. Este devocionario contiene siete simples oraciones diarias sacadas del Salmo 86 para llevarte a otro nivel de oración.
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Nos gustaría agradecer a Marshall Segal, gerente editorial de desiringGod.org en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.desiringGod.org y www.elcentronetwork.com