10 Principios Para Alcanzar El Éxito en Tu MatrimonioMuestra
1. Dios es el primero, tu cónyuge el segundo.
Si te sientes incompleto/a y buscas que tu pareja llene ese vacío y te haga feliz, estás buscando en el lugar equivocado. Tu cónyuge no es el responsable de tu felicidad. El único que puede llenar ese vacío en tu vida y hacerte feliz de verdad es Dios. Tu cónyuge puede complementarte, pero nunca completarte.
No podrás mejorar en tu relación matrimonial si primero no trabajas en tu relación personal con Dios. Pregúntate: ¿Estoy dedicándole tiempo a Dios? ¿Estoy leyendo su Palabra? ¿Hablo con Él a diario? Me gusta comparar mi relación con Dios con una relación de amistad. Piensa en un amigo que tengas. ¿Qué pasaría si no hablas con tu amigo? ¿Y si dejas de escucharlo? ¿Y si no le dedicas tiempo y siempre estás ocupado para Él? Creo que esa relación terminaría, porque no hay nada que indique que te interesa esa amistad. ¿Y si lo piensas ahora con Dios? Él está siempre para ti, pero ¿tu estás para Él? Si reconoces que estás en falta con Dios y necesitas trabajar en tu relación con Él, no esperes más y comienza hoy. Él está listo para restaurar tu vida por completo. «Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu» (Salmos 51:10, NTV). Cuando yo estoy bien, puedo relacionarme mejor con los demás, en este caso con mi cónyuge. El secreto está en buscar primero a Dios, Él te ayudará con el resto. «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» (Mateo 6:33, NTV).
2. No necesitas cambiar al otro, simplemente debes entenderlo.
Muchas veces nos enfocamos en intentar cambiar al otro, cuando la riqueza de la relación se encuentra en las diferencias. Somos distintos: contexto, personalidad, familia, carácter, costumbres… Estudia a tu cónyuge, disfruta descubriendo sus cualidades, ámalo tal cual es y ayúdalo a convertirse en su mejor versión. Cuando dejes de quejarte y reclamarle cosas al otro, encontrarás nuevas facetas y cualidades en él; es más, puede que muchas de ellas lleguen a gustarte.
Yo no soy perfecta, y creo que tú tampoco. Entonces, ¿quiénes somos para exigirle perfección al otro si ninguno de nosotros puede ofrecer perfección? La Biblia en Romanos 15:7 dice: «acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios» (NTV). Si Dios no nos rechaza, ¿por qué yo rechazaría a mi cónyuge? Debemos aprender a ser tolerantes. El Apóstol Pablo en su carta a los Colosenses nos enseña cómo debe ser nuestro trato hacia los demás: «Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes» (Colosenses 3:12-13, NTV).
Acerca de este Plan
Muchas personas tienen la ilusión de casarse: conocer a la pareja ideal y ser felices para siempre. Quienes ya estamos casados sabemos que esto no es tan sencillo. ¡Bienvenido/a a la realidad! Lidiamos con problemas, discusiones y desacuerdos. ¿Qué hacer cuando las cosas se ponen difíciles? ¿Hay esperanza para tu matrimonio? Quiero compartirte algunos principios que te ayudarán a mejorar tu relación matrimonial. ¡Disfrutar de tu matrimonio es posible!
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Nos gustaría agradecer a Andrea Pachalian por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://about.me/andreapachalian