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Contagio espiritual (3) PriscilaMuestra

Contagio espiritual (3) Priscila

DÍA 3 DE 3

Arriesgaron sus vidas

De aquella lista de 26 nombres que fueron seleccionados por el Apóstol Pablo para expresar su gratitud de una manera muy especial, llama mucho la atención que los nombres de Priscila y Aquila ocupen los primeros dos puestos. Es por eso que hay que destacar lo que hizo esta pareja para el reino a través del ministerio de Pablo. A continuación, observamos cómo el Apóstol Pablo intenta explicar a sus lectores quiénes son Priscila y Aquila, y por qué ocupan un lugar tan privilegiado en esa lista de salutaciones, pues dice: “Por salvarme la vida, ellos arriesgaron la suya” (Romanos 16:4).

Es más que interesante la traducción literal de esta porción bíblica, porque dice: “Por causa de mi vida, pusieron sus cuellos en riesgo”. También se podría interpretarse de la siguiente forma. “Pusieron sus cuellos debajo de un hacha por mí”.

¿Pero cuándo aconteció algo así? ¿En qué parte de la Biblia podemos hallar un episodio de estas latitudes? No se sabe con precisión. Pero tal como muchos exégetas comentan, podemos deducir que, por un lado, hayan arriesgado sus vidas en Éfeso cuando Pablo entró en conflicto con Demetrio, un platero que hacía figuras de plata en el templo de Artemisa y con ello ganaba muchísimo dinero (leer Hechos 19:23-41), y por otro lado, hayan puesto en riesgo sus vidas en el proceso de la fundación de la Iglesia en Corinto (leer Hechos 18:1-4).

De cualquier modo, no hay dudas que a la hora de escoger entre la vida y la muerte, Priscila y Aquila no escatimaron en poner en riesgo sus vidas en pos de la proclamación del Evangelio, pues dice la Palabra de Dios: “Porque para mí el vivir en Cristo y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).

Apolos

¿Recuerda que le había dicho que Pablo debía pasar por la ciudad de Éfeso? Pues bien, Priscila y Aquila también se quedaron en Éfeso. Allí se encontraron con nada menos que Apolos, un judío oriundo de Alejandría que había llegado recientemente a la ciudad. Según los escritos de Lucas: “Era un hombre ilustrado y convincente en el uso de las Escrituras” (Hechos 18:24).

Pero había un pequeño problema. Se trataba de un hombre que había sido instruido en el camino del Señor, y que con gran fervor hablaba y enseñaba acerca de Jesús con una exactitud increíble, pero que tan solo conocía el bautismo de Juan.

Cuando Priscila y Aquila lo oyeron hablar en la sinagoga, lo tomaron a su cargo, y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios. ¿Qué quiere decir esto? Que le hablaron acerca del bautismo del Espíritu Santo, pues Juan el bautista había anticipado: “Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego” (Mateo 3:11). En pocas palabras, ¡Priscila y Aquila contagiaron a Apolos del Espíritu Santo!

Destaco la humildad de este gran hombre de Dios, quien aceptó las instrucciones de Priscila y Aquila que por ahí no eran considerados como discípulos o apóstoles en su sentido más estricto, y su ministerio subió a otro nivel de autoridad y poder. ¡El Espíritu Santo marca la diferencia!

Día 2

Acerca de este Plan

Contagio espiritual (3) Priscila

Priscila, a quien Pablo la saluda junto a Aquila en reiteradas oportunidades, contagió a todo su alrededor con el mensaje del Evangelio. Luego de este plan junto a la pastora Sonia Shim, usted se convertirá en la Priscila de esta generación.

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Nos gustaría agradecer a La mujer influencer por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://libreriapeniel.com/producto/contagio-espiritual/