¡Espera en Dios!Muestra

Esperanza contra esperanza.

Abraham es un buen ejemplo de un creyente cuya esperanza está basada en la fe. Dios le había prometido hacer de él una gran nación (Génesis 12:2). Por ese entonces, Abrán (su nombre en esa época) ya tenía 75 años; a medida que los años pasaban, nada ocurría: Abrán y su esposa Sarai permanecían sin hijos. Comprensiblemente, Abrán se preguntó: “Mi Señor y Dios, ¿qué puedes darme, si no tengo hijos, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? … Mira que no me has dado descendencia. Mi heredero será un esclavo nacido en mi casa” (Génesis 15:2-3, RVC). Pero Dios le dijo que mirara al cielo y la cantidad de estrellas. “¡Así será tu descendencia! Y Abrán creyó al Señor” (Génesis 15:5-6, RVC).

Su fe fue “contra la esperanza”. Era muy improbable que una mujer sin hijos que había estado casada varias décadas hubiese quedado embarazada de súbito, pasada la edad de procrear. Pero Abrán creyó la promesa de Dios y no renunció a la esperanza. Cuando tuvo cien años de edad, nació su hijo Isaac: Dios cumplió su palabra.

¿Hay alguna promesa de Dios que encuentres particularmente difícil de creer?