El Dinero Cae Del CieloMuestra
EL DINERO CAE DEL CIELO
¿Alguna vez has deseado que el dinero te venga fácil y abundantemente? ¡Claro que sí! Es que el dinero nos da muchas posibilidades, nos da el poder de hacer realidad casi que cualquier deseo. El dinero, dicen por allí: “No da la felicidad pero sí calma los nervios”. Suena gracioso, pero a veces pareciera que es real. El tema del dinero también es cuestión de fe. La falta de dinero desafía nuestra fe en un Dios amoroso y proveedor.
Con mi familia, pasamos dos años de desempleo con mucho dolor y angustia porque había tantas cosas por pagar, necesidades que suplir. Realmente daba vergüenza tener que pedir ayuda con frecuencia, o tener que responder a preguntas de la gente con total sinceridad; pero esa fue una barrera que tuvimos que vencer, el hecho de exponernos y decir “estamos mal” quebró nuestro orgullo y nuestros miedos. Exponer el corazón nos hizo más valientes, dejarnos ayudar nos hizo más humildes.
Comenzamos a experimentar mucha ansiedad, nervios, miedo y dudas. Nos sentíamos molestos con Dios por no responder rápidamente a nuestras oraciones, por no proveer algo tan bueno y básico: trabajo. Pasamos de autoevaluarnos y ver si por algún pecado oculto estábamos pasando por eso a sentir resentimiento en contra de Dios. Cuando tenemos el corazón cargado muchas veces se nos nubla nuestra visión de quién es Dios.
Entonces, al pasar los meses Dios empezó a enseñarnos sus verdades sobre el dinero y a depender totalmente de Él. Empecé a contar sus milagros, haciendo una lista de todos los favores que recibíamos y de toda la gente que Dios usaba, aún sin saber nuestra condición; la lista con nombres y apellidos era inmensa, nos pasaban cosas que nunca nos habían pasado con tanta frecuencia como encontrar dinero en la calle justamente con la cantidad que necesitábamos. Hubo gente piadosa que estuvo pendiente de nosotros. Nació nuestro segundo hijo y no le faltó nada. Tuvimos hasta para compartir, y creo que parte de la clave fue estar siempre agradecidos y gozosos, aprendimos a contentarnos con lo mucho o lo poco. El Espíritu Santo me enseñó qué era el gozo, la paz en medio de la tormenta. Esto fue un proceso. Aprendí a poner mis cargas sobre Él y CREER que Dios tiene cuidado de mí. Mi fe creció gracias a la escasez. Mi fe echó raíces más profundas en la Palabra de Dios; el Espíritu Santo me preguntaba en momentos claves: “¿De dónde vendrá tu socorro, Gaby?”. La pandemia fue el escenario que Dios usó para revelarse a mí como Jehová Jiréh: Mi proveedor, y no sólo en términos materiales sino también espirituales y emocionales. Aquí fue donde entendí que a los hijos de Dios “el dinero nos cae del cielo” porque en el cielo tenemos a nuestro Padre Celestial y a Él levantamos nuestro clamor y llanto, a Él es el primero a quién debemos acudir…toda buena dádiva viene de Él.
Las dificultades de la vida no son para destrucción de nuestra alma, sino para edificación, para crecimiento porque para los que amamos a Dios TODAS LAS COSAS nos ayudan para bien. Amar a Dios a pesar de todo, adorarlo sabiendo que estás mal es otro nivel de fe. Así que este plan no era para darte claves de cómo hacer más dinero, sino de tener una mente correcta ante él, aumentar tu fe en Dios y saber que todo pasa.
“Muchos hombres deben la grandeza de sus vidas a sus tremendas dificultades” (Charles Spurgeon).
Acerca de este Plan
Este plan es un acción de gracias a Dios por toda su bondad, también es un agradecimiento público a mi familia, amigos y congregación que sostuvieron nuestros brazos con amor en momentos difíciles. Deseo que tú que leerás en estos cuatro días la Palabra de Dios, tu fe sea aumentada y robustecida.
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Nos gustaría agradecer a GABRIELA TORRES por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/evaelsalvador