[Sabiduría de Salomón] Claves para un amor duraderoMuestra

Apóyate en mí

La primera clave para un amor duradero es apoyarse en el otro. Es posible que conozcas la canción «Lean on Me» [Apóyate en mí]. Tal vez puedas cantarla en tu cabeza ahora mismo o la estarás tarareando mucho después de terminar este devocional. En Cantar de los Cantares 8:5, se ve a la esposa de Salomón saliendo del desierto apoyándose en su esposo. El matrimonio no está destinado a basarse en la independencia, sino más bien en la dependencia. En última instancia, quieres depender del Señor, pero cuando comprendes que el matrimonio tiene el propósito de que el esposo y su esposa se apoyen en el otro, todo tiene sentido.

Si fueras un judío de los tiempos bíblicos leyendo este pasaje acerca de ellos viniendo del desierto entenderías que la palabra desierto se usaba a veces para simbolizar pruebas y sufrimiento. Serás probado en la vida; de seguro serás probado en el matrimonio. Cada año traerá consigo diferentes pruebas. Un año tal vez sus hijos parezcan estar siempre enfermos; en otra temporada, la casa parecerá estar deshaciéndose a diestra y siniestra. Siempre pasarás por pruebas. Martín Lutero, el reformador de la década de 1500, dijo: «Un hombre o una mujer pueden llegar a ser más como Cristo en el matrimonio que en un monasterio». Esto se debe a que las pruebas están destinadas a acercarlos, no a poner un bloque entre ustedes y separarlos. Ninguna persona debería ser más para ti que tu cónyuge. Es asombroso pensar en este versículo, reconociendo que la novia de Cristo es la Iglesia y Jesús es el novio; debemos apoyarnos en Cristo en medio de las pruebas.

Nadie puede hacerlo solo. No podemos hacerlo por nuestra propia fuerza o por nuestra propia cuenta. Nos necesitamos unos a otros y el diseño de Dios es que dependamos unos de otros. El matrimonio no tiene el propósito de ser una bola con una cadena. Reconoce que el Señor está usando a esta persona, a quien amas, para hacerte más como Cristo. Cuanto más fuertes se vuelven los creyentes, más conscientes son de sus debilidades personales. Esto hace que apoyen todo su ser en el Señor con alegría y confianza, sabiendo que Él es siempre fiel y bueno. Cristo es nuestro ejemplo. Nosotros podemos ser en quien se apoye nuestra pareja. Pero también podemos ser lo suficientemente humildes como para ser quien se apoye en el otro; Cristo dependía del Padre. Buscar ser como Cristo siempre valdrá la pena.