Su gran sacrificio, nuestra Gran ComisiónMuestra
Pasaje de: “…Y me senté allí” por Hazel Hoskins
Era la noche del domingo. Mientras me sentaba en la parte trasera de este humilde lugar de adoración, pensé en los miles de cristianos que en ese momento se estaban arrodillando en un altar de oración: nuestros seres queridos en Estados Unidos, los creyentes en China, en la India, en las Costas del Mar y en estos preciosos africanos, con sus rostros oscuros, con un brillo proveniente de una fuente interna. En mi mente, resonaba este verso: “EDIFICARÉ MI IGLESIA, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
Apenas tres años atrás, estas personas habían sido perseguidas como los primeros cristianos. Por quemar sus fetiches, los enfurecidos miembros de la sociedad secreta, los golpearon sin piedad, los apuñalaron en la cabeza y pusieron carbones ardiendo en sus heridas abiertas. Muchos de ellos fueron encarcelados por varios meses. Mientras veía a Moisés, el pastor, quien había recibido la mayor persecución, recordé lo que nos había dicho un día antes: que no sintió dolor, que sólo pensaba en el precio que Jesús había pagado por el perdón de sus pecados.
Era la noche del domingo. Mientras me sentaba en la parte trasera de este humilde lugar de adoración, pensé en los miles de cristianos que en ese momento se estaban arrodillando en un altar de oración: nuestros seres queridos en Estados Unidos, los creyentes en China, en la India, en las Costas del Mar y en estos preciosos africanos, con sus rostros oscuros, con un brillo proveniente de una fuente interna. En mi mente, resonaba este verso: “EDIFICARÉ MI IGLESIA, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18).
Apenas tres años atrás, estas personas habían sido perseguidas como los primeros cristianos. Por quemar sus fetiches, los enfurecidos miembros de la sociedad secreta, los golpearon sin piedad, los apuñalaron en la cabeza y pusieron carbones ardiendo en sus heridas abiertas. Muchos de ellos fueron encarcelados por varios meses. Mientras veía a Moisés, el pastor, quien había recibido la mayor persecución, recordé lo que nos había dicho un día antes: que no sintió dolor, que sólo pensaba en el precio que Jesús había pagado por el perdón de sus pecados.
Escrituras
Acerca de este Plan
Recorre un camino diferente rumbo a la Pascua este año. Emprende tu viaje con los misioneros mundiales en el Medio Oriente y explora vistas y sonidos que te ayudarán a experimentar la Semana Santa desde una perspectiva completamente nueva. Revive el motivo por el que Jesús vino a la Tierra a salvar las almas de la humanidad.
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Queremos agradecer a OneHope, Inc. por proveer este Plan. Para más información, visita: www.onehope.net